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Contra la calumnia. En defensa de Boaventura de Sousa Santos – por Marinela Chaui

  • Marilena Chaui
  • 17 ago
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 28 ago

Marilena Chaui es profesora de la Universidad de São Paulo. Es la filósofa más importante de Brasil y una de las mayores expertas mundiales en la filosofía de Spinoza. Es doctora honoris causa de varias universidades, incluida la Universidad de París VIII


Quien visite los Uffizzi sin duda se sorprenderá por la diferencia entre dos pinturas de Botticelli: La primavera y La calumnia de Apolo.


La primera es radiante, de una belleza celestial. La Primavera casi flota en el aire, con los pies apenas rozando la hierba de un frondoso bosque florido en el que bailan las Tres Gracias. En cambio, la segunda es terrible: la Envidia, acompañada por el Engaño y la Malicia, envueltas en ropas sombrías aprueban la Calumnia quien, agarrando los cabellos de la víctima, arrastra por el suelo a Apolo semidesnudo, mientras que la Ignorancia y la Sospecha susurran palabras envenenadas al oído del rey. A distancia de ese conjunto maléfico, solitaria, apuntando hacia la justicia celestial, se encuentra la Verdad, desnuda, porque no tiene nada que ocultar.


A nosotros, brasileños y brasileñas, portugueses y portuguesas, que durante años hemos vivido bajo dictaduras en las que el pensamiento era un delito, en las que amigos y amigas, compañeros y compañeras, en la lucha por la libertad, la justicia y la felicidad de nuestros pueblos fueron arrastrados en secreto a prisiones y calabozos sufriendo torturas físicas y psíquicas y asesinatos, dejando dolores y marcas indelebles en los supervivientes, el cuadro de Botticelli expone lo inaceptable y lo innombrable.


Sin embargo, creo que no hay imagen más pertinente y adecuada para describir lo que con calumnias, fraude, malicia y envidia han perpetrado contra Boaventura de Sousa Santos, cuya biografía política revela su actuación en las luchas democráticas de Portugal, África, Brasil y otros países de América Latina, así como su decidida presencia en el Foro Social Mundial, y cuya biografía académica está tejida con los hilos de su pensamiento innovador y de su labor formadora de nuevas generaciones de profesores e investigadores en Portugal, Brasil, África y otras partes del mundo. Prueba de ello es la creación, en la Universidad de Coimbra, del Centro de Estudios Sociales y de la Revista Crítica de Ciencias Sociales.


Una de las características más destacadas que definen la obra y la persona de Boaventura de Sousa Santos es la articulación entre la reflexión teórica y la intervención práctica, introduciendo conceptos innovadores y estimulantes, en los que el trabajo del pensamiento es el primer momento de una acción cuyos efectos se despliegan en la invención de nuevas prácticas sociales, políticas, jurídicas, científicas y universitarias. En resumen, para Boaventura, el pensamiento es el primer paso de una acción cuyos efectos se despliegan en la invención de nuevas prácticas sociales, políticas, jurídicas, científicas y universitarias.


Para que las calumnias sean vistas como lo que son, comocalumnias, es necesario destacar y poner de manifiesto la fuerza teórica del trabajo de Boaventura, que no podía tener otra fuente que la agudeza de sus reflexiones, lo que le llevó a formular un concepto inédito en las ciencias sociales y en la filosofía, el del conocimiento emancipación, orientado a la crítica de lo que él denominó razón indolente, basado en un análisis de la crisis de la modernidad y el fracaso teórico y práctico para reconciliar la oposición entre regulación y emancipaciónconstitutivas del proyecto moderno. Para ello, Boaventura propone algo inédito: un nuevo paradigma como proceso de enfrentamiento y superación de la crisis de la modernidad, la ecología de los saberes, capaz de destruir los supuestos con los que la modernidad se opuso a la ignorancia y al saber como paradigma legitimador de exclusiones culturales superpuestas a formas de explotación económica, dominación ideológica y exclusión social y política. Los conceptos de conocimiento-emancipación y ecología de los saberes están intrínsecamente ligados en la medida en que expresan el núcleo epistemológico de las ciencias y la filosofía como trabajo que interroga la experiencia para convertirla en experiencia comprendida, pasando del hecho al concepto, del dato al significado.


Precisamente porque apunta al saber desde la perspectiva del conocimiento emancipador y de una epistemología de la emancipación, tomando como determinación decisiva del saber su dimensión ético-política, la ecología de los saberes lleva a Boaventura de Sousa Santos al rechazo de la ideología del multiculturalismo. Esta presupone la existencia de una cultura dominante que acepta, tolera o reconoce la existencia de otras culturas en el espacio cultural donde prevalece. Frente al multiculturalismo, Boaventura de Sousa Santos propone la interculturalidad, que presupone la pluralidad cultural equitativa, el reconocimiento recíproco y el enriquecimiento mutuo entre las diversas culturas que comparten un determinado ámbito de interacción.


En un mundo actualmente carente de pensamiento, acostumbrado a la razón indolente, es necesario reivindicar el trabajo creativo del pensamiento. Sin embargo, una segunda razón subyace para la elección de este camino. En efecto, la labor crítica de Boaventura de Sousa Santos nunca se realiza sin la elaboración de contrapropuestas teóricas y prácticas ya que, para él, es preciso reinventar la racionalidad, reinventar la sociedad, reinventar la política, reinventar la democracia, reinventar la cultura y reinventar la universidad. Por eso su obra busca recrear una teoría crítica cuyo significado se encuentra en la práctica de la emancipación; en otras palabras, su obra puede interpretarse con la expresión acuñada por él mismo: «conocimiento prudente para una vida decente». Por eso en su obra no es posible separar la teoría de la práctica. Su pensamiento es acción y sus acciones son pensamientos concretados en las prácticas de los sujetos sociales, políticos e históricos.


Resulta ridícula la suposición de que un pensador de tal envergadura necesite plagiar a sus alumnas. Por otra parte, es igualmente malintencionado imaginar que el defensor de una vida digna pretendiera aprovecharse de una supuesta ingenuidad por su parte para acosarlas sexualmente, pues no debemos olvidar que, como becarias del Centro de Estudios Sociales, quienes difamaron se beneficiaron de una tradición académica de buenas condiciones de vida y de trabajo mediante procedimientos académicos para la remuneración de becas de investigación y no a través de favores sexuales. No solo eso. Al atribuirle falsamente una vida indecente, las calumniadoras violan los ideales de los movimientos feministas, ya que no es libertario valerse de la mentira como arma de liberación.


La calumnia pretende no solo desacreditar a la persona de Boaventura de Sousa Santos, sino también su decisiva contribución intelectual como pensador capaz de desarrollar conceptos innovadores que dan sentido a nuestro presente y orientan nuestro futuro. No dejaremos que ganen.


Como colega de Boaventura, expreso no solo mi indignación por la malicia perpetrada contra él y contra el Centro de Estudios Sociales, sino también mi admiración y respeto por su obra como pensador. Como mujer, siempre he reconocido su actitud generosa, elegante, amable y cortés en sus gestos y palabras. Como amiga, el cariño ha sido el sello distintivo de nuestra larga y feliz amistad.


En uno de los pasajes más bellos de la Ética a Nicómaco, Aristóteles escribe que la amistad es la forma humana de imitar a lo divino. Finitos y necesitados, estamos condicionados por la carencia, la dependencia y la presencia de la muerte, pero también, y por eso mismo, nos mueve el deseo de plenitud y autonomía propios de Dios. Es la amistad la que nos acerca a lo divino: el cariño entre amigos, el compartir con ellos nuestra vida, la ayuda recíproca y desinteresada en la que cada uno complementa al otro, otorgando a cada persona y a la unidad que forman la forma humana más perfecta de la autonomía, la libertad y la felicidad, que parecerían reservadas solo a lo divino.


Por eso, haciéndose eco de Aristóteles, La Boétie escribió que «la amistad es un nombre sagrado, una cosa santa; nunca se da excepto entre buenas personas y solo se conquista mediante la estima mutua; se mantiene menos por los beneficios y más por una vida buena. Lo que hace que un amigo se sienta seguro en otro es el conocimiento de su integridad, su bondad natural, su fidelidad y su constancia».

 

Marilena Chaui,

São Paulo,

18 de agosto de 2025

 
 
 

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