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  • Boaventura de Sousa Santos y su obra

    Imaginación, velas y epistemologías del Sur 5 octubre 2024, Mary Layoun Debemos cambiar el mundo reinterpretándolo constantemente; tanto como el propio cambio, la reinterpretación del mundo es una empresa colectiva. . . . La imaginación del fin [del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado] está siendo corrompida por el fin de la imaginación. (Boaventura de Sousa Santos, 2018: viii, x) وأنت تفكر بالآخرين البعيدين، فكِّر بنفسكقُلْ: ليتني شمعةُ في الظلام [Y cuando pienses en otros que están lejos, piensa en ti mismo. Di: Quisiera ser una vela en la oscuridad] (Mahmoud Darwish, 2005) Las décadas de prolífica e influyente obra de Boaventura de Sousa Santos difícilmente pueden resumirse en un breve ensayo. Activista, intelectual, poeta y académico, el Profesor de Sousa Santos es Catedrático Emérito de Sociología de la Universidad de Coimbra (Portugal) y Distinguido Jurista de la Universidad de Wisconsin, Madison, así como Director Emérito del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra. Conocido internacionalmente y citado con frecuencia, Santos ha publicado numerosos trabajos sobre sociología del derecho, globalización, democracia participativa, Estado y reforma, epistemología, movimientos sociales, Foro Social Mundial y enseñanza superior. Los numerosos libros de Santos, así como los escritos en coautoría con sus colegas, y sus aún más numerosos artículos y ensayos han sido traducidos al español, inglés, italiano, francés, alemán, chino, danés, rumano, polaco, árabe, coreano y griego. Entre sus logros figuran también artículos y ensayos periódicos, entrevistas, vídeos, libros de poesía e incluso letras de rap. Boaventura Santos ha recibido una larga lista de prestigiosos galardones, entre ellos el Premio Frantz Fanon a la Trayectoria de la Asociación Filosófica del Caribe en 2022. Al concederle ese honor, la Asociación Filosófica del Caribe caracterizó la persona y la obra de Boaventura Santos: Intelectual orgulloso de sus humildes orígenes entre el campesinado portugués y buen conocedor de lo que implica la lucha contra el fascismo, el profesor de Santos ha dedicado su vida a combatir todas las formas de opresión y a luchar por la afirmación de una vida habitable. Su trabajo sobre las epistemologías del Sur responde directamente al proyecto de la Asociación Filosófica del Caribe de cambiar la geografía de la razón y al llamamiento de Fanon a construir nuevos conceptos en la lucha por poner en marcha un mundo mejor. Así que, no, un breve ensayo puede hacer poca justicia a esa larga, diversa e ilustre carrera. En su lugar, me centraré en tres formulaciones críticas centrales de Santos que más hablan de las exigencias urgentes de nuestros días. Las que más hablan de reinterpretar el mundo al tiempo que se esfuerzan por cambiarlo. Que hablan del trabajo de prestar atención a las historias, prácticas y comprensiones de los demás y de imaginar lo contrario. Son una historia del esfuerzo por pensar más allá de uno mismo y pensar en otros colectivos (Darwish' فكِّر بغيركَ / "Think of Others [those who are not you]" que, curiosamente, en las líneas finales de su poema se convierte en el más familiar تفكر بالآخرين ). Que apuntan a lo que podríamos llamar un "esfuerzo colectivo" de "ver y escuchar y hacer participativos". Así pues, los tres conceptos críticos centrales de la obra de Boaventura Santos que aquí nos ocupan son los de "epistemologías del sur", "línea abisal" y "sociología de las ausencias". Las tres, profundamente entrelazadas, han resonado mucho más allá de las fronteras de su Portugal natal o, de hecho, de Europa. Se abordan en trabajos realizados en la India, en América Latina, en Sudáfrica, Senegal y Mozambique, en otras partes de África y en Asia occidental. Su crítica cuidadosa y detallada de las opresiones interdependientes del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado y su señalamiento de las resistencias a ellas con sus formas alternativas de conocer y explicar y cambiar el mundo son líneas feroces que recorren estas tres formulaciones, como, de hecho, toda su obra. El concepto de "epistemologías del Sur" que inspira gran parte del trabajo de Santos no es un simple indicador geográfico de divisiones y oposiciones, ni una simple construcción dualista. Más bien, tal y como Santos lo formuló en un discurso pronunciado justo antes del Foro Social Mundial de 2011 en Dakar (Senegal), las epistemologías del Sur señalan un Sur: ...que no es geográfico, sino metafórico: el Sur antiimperial. Es la metáfora del sufrimiento sistemático producido por el capitalismo y el colonialismo, así como por otras formas que se han apoyado en ellos, como el patriarcado. También es el Sur que existe en el Norte, lo que solíamos llamar el tercer mundo interior o el cuarto mundo: los grupos oprimidos y marginados de Europa y Norteamérica. también hay un norte global en el Sur; son las élites locales las que se benefician del capitalismo global (2010: 16). La especificación de las "epistemologías del Sur" tampoco es una señal para el desconocimiento de los esfuerzos históricos -si bien, sostiene Santos, en gran medida agotados- del Norte por teorizar y promulgar no sólo el cambio liberal burgués, sino también el revolucionario. Ese cambio, denominado universal, tenía dos fines potenciales en el Norte: uno regulador y otro emancipador. Pero era una visión y una práctica siempre local, localizada e imperial. ...para las epistemologías del Sur, el universalismo europeo es un particularismo que, a través de formas de poder, a menudo militares, consiguió transformar todas las demás culturas en particulares (2010: 20)...en las condiciones del sistema-mundo capitalista occidental. "Lo que llamamos globalización es siempre la globalización exitosa de un determinado localismo" (2015: 89, énfasis añadido). Atender a las epistemologías del Sur nombra el reconocimiento deliberado y cuidadoso de las formas en que las alternativas ya existentes pueden ser vistas y escuchadas, ya están en diálogo -incluso con Europa o el Norte. Ofrecen un antídoto formidable contra las ignorancias e ignorancias de nuestro momento y lugares. Dos ideas básicas sustentan las epistemologías del Sur: la comprensión del mundo supera con creces la comprensión occidental del mundo; la experiencia cognitiva del mundo es extremadamente diversa y el monopolio del conocimiento riguroso concedido a la ciencia moderna ha conllevado un epistemicidio masivo (la destrucción de los conocimientos rivales considerados no científicos) que ahora exige reparación. En consecuencia, no hay justicia social global sin justicia cognitiva global (2023: 114). Las bases intelectuales y políticas del concepto de epistemologías del Sur se remontan a los primeros trabajos de Santos en las favelas de Río de Janeiro en la década de 1970. Y, si bien no se encuentran en primer plano, están presentes en su trabajo posterior sobre la ley, el Estado y un "nuevo sentido común" (1995). Lo que Santos llegó a llamar "epistemologías del Sur" en los primeros años de este siglo surgió, según su propio relato, a pesar de un profundo escepticismo anterior sobre el papel de la ley y el Estado. Su reconocimiento de las posibilidades -no, de las alternativas ya existentes- de ver, vivir y pensar de otro modo cambió con el desarrollo del Foro Social Mundial (en el que Santos fue una figura central), al igual que cambió con su trabajo en Europa, pero también en Brasil, Colombia, Mozambique, Angola, Cabo Verde, Bolivia y Ecuador. Mientras Santos escuchaba, observaba y se comprometía con otras formas de conocer, comprender y actuar en relación con los seres humanos y otros seres del mundo, mientras escribía y coescribía con otros una serie de libros y artículos, elaboraba y se comprometía con cada vez mayor inclusividad y cuidado con las epistemologías del Sur. Su obra puede considerarse una especie de performance política e intelectual de compromiso con esas epistemologías. Como Santos expresa en su reciente Law and the Epistemologies of the South : Las epistemologías del Sur pretenden demostrar que, al no reconocer la validez de otros tipos de conocimiento distintos de los producidos por la ciencia moderna, el criterio dominante de conocimiento válido en la modernidad occidental ha sido responsable de un epistemicidio masivo, es decir, de la destrucción de una inmensa variedad de formas de conocer que prevalecen principalmente al otro lado de la línea abisal en las sociedades y sociabilidades coloniales. Dicha destrucción desempoderó a estas sociedades, haciéndolas incapaces de representar el mundo como propio, en sus propios términos, y por tanto de considerar que el mundo podía ser cambiado por su propio poder y para sus propios fines. En esta situación, no es posible promover la justicia social sin promover la justicia entre los diferentes tipos de conocimiento (2023: 96). Prestar atención a la rica capacidad de las epistemologías del Sur es, al mismo tiempo, reconocer lo que Santos llama la división abisal, o las líneas abisales que marcan esa división. Es: ...la división radical entre formas de sociabilidad metropolitana y formas de sociabilidad colonial que ha caracterizado al mundo moderno occidental desde el siglo XVI. Esta división crea dos mundos de dominación, el metropolitano y el colonial, que se presentan como inconmensurables (2023: 98-99). Señala la designación imperial de la separación irrevocable e inexorablemente jerárquica de las sociedades metropolitanas de las sociedades de las colonias, creando categorías de lo humano, lo menos-que-humano, lo no-humano. Siguiendo con esta división, lo que es válido en el lado metropolitano de esa línea abisal no es concebible para el Norte como válido en el lado colonial. No puede haber diálogo ni intercambio en pie de igualdad a través de esa línea. Esta división era tal que las realidades y prácticas existentes al otro lado de la línea, es decir, en las colonias, no podían cuestionar la universalidad de las teorías y prácticas vigentes en el lado metropolitano de la línea. Como tales, fueron invisibilizadas ( If God Were a Human Rights Activist , 2015: 2). Reconocer, ver, el trabajo de las líneas abisales -porque son plurales y no singulares- es no ver o desaprender lo que se propuso como singularmente universal. Sin embargo, entender la línea abisal incluye la proposición de que, por muy feroz que sea esa división abisal, puede interrumpirse, escalarse, plegarse sobre sí misma, arrugarse y atravesarse.(Gran parte de la obra de Santos de los últimos años se ocupa precisamente de lo postabisal). De atender a la labor destructiva de la línea abisal surge una "sociología de las ausencias". Es decir, una sociología que: ...podrá dilucidar los límites de la representación que operan en cada situación. En la primera situación, en la que las alternativas no se produjeron, se trata de silencios y aspiraciones impronunciables; en la segunda situación, en la que las alternativas sí se produjeron, se trata de silenciamientos, epistemicidio y campañas de basura (2014: 244). (A esta última lista podría añadirse lo que más recientemente se denomina "cultura de cancelación", con todas las contradicciones de ese concepto y esa práctica). La sociología de las ausencias, por tanto, puede caracterizarse por atender a lo que no ocurrió o no pudo ocurrir, a lo que no se dijo o no se hizo o a lo que no se pudo decir o hacer. También atiende al silenciamiento de lo que se dijo, a la denigración de lo que se entendió y pensó, a la reformulación violenta de lo que ocurrió. Esta propuesta de atender a las ausencias y los silencios no es efímera ni poética, aunque tiene su propia poesía. Las ausencias y los silencios "hablan" en el lenguaje de los cuerpos, las lagunas de los textos, las historias y las prácticas actuales que se reúnen en torno a lugares y prácticas específicos. Si tan sólo los viéramos y escucháramos. Santos resume un libro reciente pero, creo, toda una vida de trabajo sobre las epistemologías del Sur. El largo viaje intelectual y científico narrado en este libro refleja el impacto de estos vastos procesos en desarrollo y trata de extraer de ellos una renovada energía crítica y constructiva (2023: 673). Y aconseja en una obra anterior: ...los que luchan contra la dominación no pueden confiar en la luz al final del túnel. Deben llevar consigo una luz portátil, una luz que, por vacilante o débil que sea, proporcione luz suficiente para reconocer el camino como propio y evitar desastres fatales. Tal es el tipo de luz que las epistemologías del Sur se proponen generar (2018: ix). Di: Ojalá fuera una vela en la oscuridad (Darwish). Artículo completo aquí

  • Hubo un "golpe de Estado" en el CES de Coimbra, acusa Boaventura

    El profesor catedrático y sociólogo Boaventura de Sousa Santos lamentó hoy el "golpe de Estado" que tuvo lugar en el Centro de Estudios Sociales de Coimbra, en el marco de un proceso en el que fue acusado de acoso a investigadores de la institución. 06:47 - 12/07/24 POR LUSA BOAVENTURA SOUSA SANTOS [el CES] fuera una institución política, diría que hubo un golpe de Estado, con apariencia democrática. Obviamente, no voy a cuestionar de ninguna manera la legalidad de la dirección y el consejo científico, que fueron elegidos democráticamente. Pero pongo en duda la legitimidad del consejo científico, porque era lo mismo que estaba en ese momento [de la denuncia] y no lo trataron de manera imparcial, no lo hicieron, y lo están haciendo de esta manera para hacer valer esa narrativa que es la narrativa de los denunciantes y no una narrativa que se evalúa imparcialmente".   En una entrevista con la agencia Lusa casi 15 meses después de que el asunto se hiciera público, Boaventura de Sousa Santos dijo que se había convertido en un chivo expiatorio y, de alguna manera, como el origen del mal de una "institución de excelencia, de una institución inclusiva". "En 2020, el CES tenía el 17% de los doctorados de la Universidad de Coimbra. Hay un estudio que muestra que las mujeres son mayoría en los órganos de gestión y coordinación del CES. El 81% de los proyectos de producción científica son de mujeres, el 61% de la coordinación de nuestros proyectos son de mujeres. Por lo tanto, tenemos una institución inclusiva extremadamente avanzada y extremadamente exigente". Y esta exigencia, defendió el investigador titular de 21 doctorados honoris causa, llevó a que muchos no pudieran seguir la investigación creada allí. Boaventura de Sousa Santos encuentra, por tanto, dos razones principales para este "golpe de Estado" y para estas acusaciones mediáticas, que lo tuvieron como objetivo. "Mi propia orientación científica no es del agrado de mucha gente dentro del CES. Pero el CES siempre ha sido un espacio en el que se ha respetado el pluralismo. Y esto me indigna y es una situación extremadamente preocupante". El sociólogo recordó seguir siendo un intelectual público, pero un intelectual público de izquierda. "Todos lo sabemos, pero no tengo iglesia, ni partido. Por lo tanto, soy un objetivo fácil para una guerra mediática, porque soy incómodo en mis posiciones independientes. Desde que estalló la guerra en Ucrania, siempre me insurgió. Siempre he sido un partidario de las independencias. Por lo tanto, critiqué y defendí la paz. Pero, en este momento, en Portugal, luchar por la paz es casi un insulto, porque realmente, como ve las noticias, son todas para que los presupuestos de los Estados aumenten más sus gastos militares". Ahora bien, esto, defendió, si las inversiones van al gasto militar, no van a la educación, a la salud, a las pensiones, ni al bienestar de las poblaciones. "Estamos alimentando una guerra infinita y alineando en una guerra que puede ser nuclear, que puede ser destructiva para la propia especie humana", advirtió. Y por eso, admitió, fue insultado, desde los medios de comunicación, pero también en las redes sociales. "Hay muchos intereses en Portugal, sobre todo en la franja de los grupos de derecha y de extrema derecha. Están interesados en silenciar mi voz, pero no es fácil, porque mi voz es internacional y sigo publicando mis textos". Leer la noticia completa aquí

  • La injusta venganza académica hacia Boaventura de Sousa Santos

    Pablo Dávalos , investigador académico, catedrático universitario y economista ecuatoriano, con estudios de posgrado en Lovaina (Bélgica) y en Grenoble (Francia). Fue asesor de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y subsecretario del Ministerio de Economía en el gobierno de Alfredo Palacio (2005). A inicios del año 2023 se publicó como capítulo del libro Sexual Misconduct in Academia, Informing and Ethics of Care in the University , editado por Erin Pritchard y Delyth Edwards y publicado por una editorial académica, un texto cuyo título traducido al español sería: “ Las paredes hablaron cuando nadie más lo haría . Notas autoetnográficas sobre el control del poder sexual en el mundo académico de vanguardia ”, de las autoras Lieselotte Viaene, Catarina Laranjeiro y Miye Nadya Tom. El objetivo manifiesto del mismo es, tal y como ellas expresaron, “denunciar la forma cómo la academia (las universidades) encubre los escándalos de sus “Profesores Estrella” en su comportamiento hacia las jóvenes investigadoras quienes, a su vez, dependen de la aprobación académica de ellos para poder continuar con sus trayectorias académicas y que, además, han sido víctimas de acoso, maltrato y daño psicológico”. No en vano, las tres trabajaron en un centro de investigación, el Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coímbra, Portugal. El problema al respecto es que, como consecuencia de la publicación de dicho capítulo, se ha desatado un “huracán” en círculos universitarios, en movimientos feministas y en redes académicas que ha provocado la suspensión de la carrera académica del sociólogo y filósofo portugués Boaventura de Sousa Santos, director emérito del CES de la Universidad de Coímbra en Portugal y quien aparece involucrado y referenciado negativamente en el artículo con la calificación de “Profesor Estrella”. Al respecto de las drásticas consecuencias que ha tenido que asumir Boaventura de Sousa Santos cabe examinar, por tanto, la rigurosidad metodológica y teórica de un artículo catalogado con carácter académico, al tratarse de un libro publicado por una editorial académica. Así, dada esta condición, se presupone que las autoras han llevado a cabo algunas prácticas intrínsecas y necesarias en el proceso de investigación y análisis, como es la fundamentación de los conceptos y de las categorías empleadas para sustentar las hipótesis por ellas descritas en el artículo.  Sin embargo, si se analizan las características en las que está formulado el mismo, se puede observar que no se trata de un texto académico ni de una investigación o reflexión teórica, pues no cumple con los requerimientos que a este tipo de textos se le exigen para que sean considerados como tal. Por el contrario, basa los fundamentos de los hechos descritos en el texto en el uso indiscriminado e injustificado de categorías o términos, tales como extractivismo intelectual y extractivismo sexual. Éstos son empleados a modo de adjetivos para calificar y denunciar supuestas conductas abusivas que tienen lugar en el centro académico del cual es director emérito Boaventura de Sousa y que son supuestamente ejercidas por él y otros “Profesores Estrella” hacia las jóvenes investigadoras. Este comportamiento por parte de las autoras demuestra que en la práctica el texto es un alegato casi judicial y un reportaje periodístico de denuncia, pero nunca un texto académico. De hecho, aunque se pueden utilizar adjetivos para describir una situación determinada, esto no es apropiado en el capítulo de un libro de reflexión teórica porque eso le resta fundamento a dichos términos empleados para transformarlos en un mero argumento ideológico. Asimismo, las autoras reconocen que no realizaron entrevistas a actores institucionales, sino que investigaron acerca de sus comportamientos sobre la base de sus propias percepciones y experiencias vividas en el centro académico. Por tanto, emplean como único sustento de lo descrito en el artículo su experiencia personal para realizar un análisis del comportamiento que tiene lugar en las altas esferas de la investigación académica con el fin de sacar a la luz las injustas relaciones de poder que acontecen en estos espacios. A este ejercicio de análisis lo denominan erróneamente “autoetnografía”, la cual emplean como método de investigación, si bien en realidad lo que realizan es un periodismo testimonial. Empleo de términos sin fundamento En el capítulo del libro las autoras acusan al director del centro de acoso, violencia y diferentes formas de una práctica que ellas denominan extractivismo. En concreto, utilizan conceptos como el de “extractivismo intelectual” y “extractivismo sexual” para referirse a los abusos de los directores de investigación del centro académico, términos que deben ser examinados en profundidad dado que de ellos depende la fortaleza y credibilidad del texto. Pues bien, para las autoras el extractivismo intelectual es la práctica abusiva que llevan a cabo los directores de investigación, quienes explican que utilizan el trabajo que realizan sus asistentes de investigación sin que reconozcan posteriormente su autoría intelectual en el respectivo proyecto de investigación. Sin embargo, la falta de reconocimiento intelectual de los ayudantes de investigación en proyectos de investigación, comportamiento que es descrito a modo de denuncia por las autoras, no tiene que ver con ningún tipo de extractivismo intelectual. Únicamente corresponde a una dinámica recurrente de precarización o sobreexplotación académica que se ha normalizado en el ámbito universitario a nivel mundial para producir conocimiento e investigación en esta etapa de neoliberalismo académico. La explicación al respecto es que para que las universidades consigan ingresos para poner en marcha una investigación necesitan de “Profesores Estrella” que están obligados a escribir y publicar todo el tiempo en nombre propio, de ahí la necesidad que tienen estos de contar con asistentes de investigación que les ayuden a cumplir con su cometido en un mercado altamente. De este modo, el “Profesor Estrella” (Boaventura de Sousa) al que hacen referencia las autoras no puede ser en ningún caso un artífice del extractivismo intelectual. Aunque es cierto que esta práctica existe, no la hacen los directores de investigación de ninguna universidad del mundo, sino las grandes empresas editoriales y de revistas científicas. De igual forma, las autoras incluyen diversas referencias al término “extractivismo sexual” y en ningún caso su empleo tiene una fundamentación, un aval de reflexión analítica ni respaldo bibliográfico. Como tal, el extractivismo sexual es considerado un delito inscrito en las prácticas de explotación sexual y consiste en la utilización del cuerpo de la mujer (y de los hombres) para generar rentas, generalmente a grupos mafiosos dedicados a la trata, abuso, prostitución y pornografía. Por tanto, la apelación al término “extractivismo sexual” para referirse a las prácticas cometidas por parte de un grupo de profesores encabezado por su director principal en el centro académico implicaría que no solo hubo acoso por parte de estos, sino que habrían cometido delitos de trata, prostitución, abuso y explotación sexual para generar rentas, hecho que no ha sucedido. Por tanto, puede observarse fácilmente que las autoras emplean esta categoría de la misma forma que utilizan la noción de “extractivismo intelectual”, es decir, como un adjetivo calificativo. Esto es así porque en el texto no realizan ninguna reflexión teórica ni de ningún tipo sobre estas categorías. Por todo ello puede concluirse que se trata de un texto que no cumple con el rigor epistemológico requerido para un texto académico: no presenta un marco teórico ni metodología, confunde la autoetnografía como método de investigación con el testimonio, utiliza la memoria y la subjetividad de forma estratégica, y se extiende en detalles que no aportan a la reflexión académica ni a la denuncia. Por tanto, el capítulo actúa a modo de denuncia surgida de la indignación de las autoras por la situación de precarización laboral y supuesto acoso sexual y laboral sufrido, yendo en contra de una institución académica determinada y de sus directores. Algunos de los interrogantes que surgen como consecuencia son: ¿por qué fue publicado este texto si dadas sus carencias no habría sido aceptado en otros contextos? ¿Por qué generó tanto escándalo ¿Por qué provocó la suspensión de la carrera académica del profesor Boaventura de Sousa Santos? *Este artículo es una versión resumida de un artículo más largo que puede consultarse en: https://www.researchgate.net/publication/370252122_El_caso_de_Boaventura_de_Souza_Santos-_una_vindicta_publica_que_necesita_ser_deconstruida

  • Boaventura y los vigilantes de la legalidad

    Luis Nassif, Periodista brasileño. Uno de los más grandes pensadores actuales ha pagado definitivamente por sus errores, viendo comprometidos 60 años del mejor trabajo intelectual. Uno de los más grandes pensadores actuales ha pagado definitivamente por sus errores, viendo comprometidos 60 años del mejor trabajo intelectual. Cuando llegué a São Paulo, durante la locura del tráfico de los años 70, conocí una especie de linchador, el justiciero, aquel que, viéndose dueño de la razón, no le importan las consecuencias de sus acciones sobre los delincuentes. Si un peatón cruza un semáforo en rojo, lo pasará. Cualquier error, cualquier pecado, pena máxima. De hecho, el otro día se dio el caso del conductor de la aplicación que atropelló a un transeúnte. Salió del auto presa del pánico, hasta que descubrió que la víctima era un ladrón que acababa de robar un celular. A partir de entonces, el conductor salió victorioso, celebrando la muerte de la víctima y burlándose de la tragedia, haciendo L de defensores de derechos humanos .  Es el mismo sentimiento que afecta a los linchadores de las redes sociales, promotores de cancelaciones. Fui víctima del primer movimiento de cancelación justo después de las elecciones de 2010. Fue un año terrible, con media docena de scouts enfrentándose al ejército profesional de José Serra. EBC y Secom le dispararon de frente y lo apuñalaron por detrás.  Iba a Atibaia, para una charla en la ONG de un jugador de voleibol, cuando me llamaron desde la redacción, preguntando si podían publicar un comentario en una de las publicaciones, que mencionaba la palabra “feminazi”. Nunca había escuchado el término. Pensé que era sólo una de las muchas expresiones que pululaban en el nuevo lenguaje de las redes sociales. Autoricé la publicación. Al poco tiempo comencé a ser atropellado por los vigilantes. ¿Cómo había permitido el uso de ese término? No tenía sentido explicar que no tenía idea de lo que significaba la palabra. “Todos” conocían el término, me dijeron.  Fue una semana de peleas en Twitter e innumerables cancelaciones de personas que, teóricamente, estaban en el mismo campo político. Todavía no había ningún comando de “bloqueo” para tomar un descanso. La líder del movimiento siguió ordenando diversas cancelaciones, hasta el día en que se metió con desequilibrados, de otro campo político, los verdaderos enemigos, no construcciones retóricas para ejercer su agresión, y comenzó a sufrir amenazas físicas. La virulencia de los nuevos movimientos Aun así, entendí que se trataba de una acción comprensible para todos los grupos que necesita hacerse valer en las primeras jugadas del juego político. Recordé el comportamiento de los primeros sindicalistas de la CUT, los discursos incendiarios de Lula, hasta el momento en que entraron al juego político, ganaron su espacio y comenzaron a sustituir la virulencia por ideas y negociación. Ya no es necesario ganar espacio en el grito. Lo mismo sucedió con el movimiento negro, con el LBGTI+, el MST y muchos otros que contribuyeron a colorear el panorama político brasileño, con una vitalidad que había desaparecido de la política tradicional. En otras palabras, la agresividad inicial es un signo de empoderamiento, de descubrir el propio poder, de tirar por la borda siglos de sumisión. La fascinación por la agresividad continuó y en los entornos más inesperados. Es una adicción. Hace un tiempo dejé un grupo que reunía a abogados, periodistas y defensores de derechos humanos, después de que un abogado de Bahía, de repente, me amenazara con denunciarme ante las feministas por no invitar a abogadas a TV GGN Justiça. Están invitadas, pero no en la misma medida que los hombres. Una conversación civilizada, un consejo, me alertarían para preservar el equilibrio de los invitados. Pero quería una coartada, un motivo para presentarse al grupo. Se apoderó de la santa ira del pisoteador y comenzó a atropellar al macho blanco.  Aquí es donde se entiende la agresividad fuera de lugar. En la época actual, para considerarse incluida en el grupo de las feministas, o ser identificada como tal, la contraseña es la retórica de guerra contra el “varón blanco”, preferentemente del mismo campo político, más susceptible de verse afectado. Es una ceremonia curiosa, de la misma naturaleza que otras agrupaciones, que utilizan contraseñas, saludos, gritos de guerra, tatuajes, collages, ataques a hinchas contrarios para establecer su identidad. Entre algunos grupos de feministas, la contraseña es la palabra virulenta, cualesquiera que sean las circunstancias. Y, con todo respeto, eso no es bueno para la causa. No hay nada más legitimador que la reacción indignada de una mujer ante un abuso flagrante; y nada más comprometedor que el ejercicio permanente de la indignación o, peor aún, del linchamiento.

  • Boaventura de Sousa Santos acusado [pasar la página y procurar el olvido]

    Daniel Nina, Doctor en Filosofía en Derecho y Teoría Social, Master en Derecho Internacional y Comparado y Profesor de las universidades de Puerto Rico Aguadilla o de la Universidad Privada de Santa Cruz  de Bolivia. Uno de los grandes intelectuales de la humanidad, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, fue implicado en un artículo académico publicado en un libro a principios de abril del 2023, como facilitador de conductas indebidas asociadas al poder y al hostigamiento sexual. (San Juan, 12:00 p.m.) Uno de los grandes intelectuales de la humanidad, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, fue implicado en un artículo académico publicado en un libro a principios de abril del 2023, como facilitador de conductas indebidas asociadas al poder y al hostigamiento sexual.  En el capítulo del referido libro, no se menciona nombre alguno.  Solo se menciona el nombre de la institución.  Con ese dato, el sociólogo más prominente aún vivo, influenciador de grandes teorías como la epistemologías del sur, entre otras, fue callado, censurado y removido de todo puesto académico del cual gozaba hasta ese momento. El sociólogo ha sido un hombre e intelecto vinculado a las luchas de la izquierda toda su vida. El profesor de Sousa Santos, es el fundador del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, Portugal; egresado de la Universidad de Harvard, en Massachusetts, EE.UU; y profesor titular de la Universidad de Madison, Escuela de Derecho.  Sus libros, sobre 150, no tienen limites en la descripción.  Su bibliografía de artículos en revistas académicas arbitradas, tampoco tiene límites.   Lo que sí es importante destacar, es que fue el intelectual académico más vinculado a la revolución de Portugal de 1974,  llamada la Revolución de los Claveles.  Es decir, desde siempre ha sido un intelectual profundamente de izquierdas.   Por lo que, el libro publicado en el 2023, Sexual Misconduct in Academia: Informing an Ethics of Care in the University, provocó una acusación sin nombrar a los implicados, de parte de un grupo de investigadoras.  La Universidad de Coimbra, abrió una investigación en abril del 2023, y al día de hoy, ese comité de investigación no se ha constituido ni nada se ha investigado. Como parte de este artículo le escribimos al director académico del centro, y éste no nos respondió. Por otro lado, una mujer de América Latina, a la distancia lo acusa de haberla agredido sexualmente.  La persona solo lo acusa por las redes sociales, pese a que nunca radicó una acción legal, ni en América Latina ni en Portugal.  No obstante, es un asunto que no se ha atendido como debería, y solo se escucha el reclamo de ella.  Lo que hizo noticia fue el capítulo del libro académico, el reclamo de ella no ha sido atendido con la misma disposición que el que surge a partir del libro. En todo caso, el efecto de ambas acusaciones ha sido el mismo: invisibilizar la voz, presencia e intelecto de Boaventura de Sousa Santos.  Un intelectual de izquierdas, es una voz muy problemática para la derecha.  Una acusación infundada, la falta de diligencia en el manejo de un comité de investigación, y la falta de interés sobre el testimonio de una mujer que lo acusa de  agresión sexual, nos llevan a la conclusión que todo esto es colateral al gran proyecto: pasar la página e invitarnos al olvido. Es momento de repensar como los lawfare ocurren en el mundo.  No es posible seguir acallando voces, ni de hombres ni mujeres de derecha o izquierda, a través del sistema de justicia formal, o los mecanismos informales que crea la internet. Pensemos.

  • ¿Dijiste “científico”?

    Graça Capinha, Profesora asociada del Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas (DLLC), Sección Angloamericanos, de la Facultad de Artes de la Universidad de Coimbra (FLUC), e investigadora del Centro de Estudios Sociales-Laboratorio Asociado (CES). Es urgente definir “acoso” de manera científica y jurídica. El riesgo es el daño que casos como estos, por su mala fe y su espíritu vengativo, causan a casos graves. Eso es lo grave. Es urgente definir “acoso” de manera científica y jurídica. El riesgo es el daño que casos como estos, por su mala fe y su espíritu vengativo, causan a casos graves. Eso es lo grave. Meses después del escándalo que amenazaba con destruir la carrera de uno de los intelectuales portugueses más brillantes de los siglos XX y XXI, Boaventura de Sousa Santos , la editorial Routledge parece haberse dado cuenta de que algo muy extraño y muy malo había sucedido y, finalmente , el libro con el capítulo que tanto lo ofendió fue retirado temporalmente del catálogo de ventas para su revisión. Quizás porque, durante estos meses, hubo muchas protestas de científicos internacionales, demostrando la falta de cientificidad del capítulo. En Portugal, curiosamente, no se escuchó ninguna voz.

  • La sombra de los gigantes es muy alargada. Oteando la proyección de Boaventura de Sousa Santos

    Ángeles Castaño Madroñal, Profesora de Antropología Social, Universidad de Sevilla   En 2018 me vi, por primera vez, en la tesitura de presentar un libro del profesor Boaventura de Sousa Santos en un acto de la propia editorial (Morata) en Madrid. En varias ocasiones después me he visto en contexto de hacer breves presentaciones del autor y su obra. Me han resultado siempre perturbadoras estas situaciones. Antecede a la idea de llevar a cabo el proceso compilador la impresión de esfuerzo casi imposible de conseguir sin provocar alguna ausencia imperdonable. ¿Cómo sintetizar sin disipar algún componente básico de la esencia en una obra prolija y exuberante donde nada sobra ni está de adorno?   Una obra procesualmente vital cuyo impulso desde el origen ha sido “ir”. Boaventura de Sousa Santos siempre ha estado yendo. A conocer, buscar, encontrar, desvelar, demostrar, descubrir, comprender, con la inquietud de traer, traducir y compartir lo hallado. He interpretado esto, mientras conocía más en 14 años de encuentro, resultado de su naturaleza primigenia, constituyente matriz en su ser humano, que he imaginado preexistente al performado que conlleva la experiencia misma de ser hecho académico . La iniciación en el oficio ministerial de la academia supone una transformación del ser, un forjado. Una alteración de difícil retorno donde, sin embargo, lo original, cuando se da, se debe probablemente a la persistencia de algún componente primigenio. Saberse distinto es diferente de sentirse desigual. El bautismo ministerial en los años 70 debió ser una experiencia imborrable en su persona. Los ibéricos podemos imaginarlo bien. Tenemos una huella cultural sociohistórica similar. Así que ha estado yendo sin parar en busca de alhajas para un horizonte colectivo construido entre todos para todos. Quizás por un anhelo arraigado en lo innato de que todo(-s) lo(-s) distinto(-s) sean singularidades en una fértil próspera sociedad. Cualquier persona que lo conozca bien sabe de ese ímpetu incombustible que lo mantiene en movimiento perpetuo. A estas impresiones desde su escritura se une la extraña coincidencia de cierta concordancia entre estatura y talla física con la anímica e intelectual. Y no es habitual. A su edad conserva esa concordancia atípica.   En esta nueva ocasión revivo la experiencia.   Es imposible que un pensador cuya apabullante trayectoria de reconocimientos públicos e institucionales corre enjaretada a la excelencia de su impresionante actividad creativa pueda considerarse un espejismo del azar. En las extrañas ocasiones en las que en una sociedad o grupo humano surge una figura sin par en su generación, no cabe duda de que la extensa sombra que proyecta pertenece a la solidez del organismo proyector. Por eso, cuando los gigantes son reconocidos también queda patente, en lo transgeneracional que tiene el presente, la extensa proyección hacia el futuro. Esta es una evidencia en este caso. Las sociedades tienen algo en su comportamiento de natural orgánico, en los procesos que se dan en la identificación de estos ejemplares fundamentales para el progreso del conjunto. En todas las culturas y sociedades, como en la nuestra propia, los rituales de consagración de los grandes seres tienen por objeto fundamental la identificación de los elementales creativos sin los cuales no es posible avanzar. Esta es la función antropológica de estos rituales ceremoniales que en el ámbito académico que nos ocupa equivale a identificar ejemplares productores de hitos del conocimiento sin cuya contribución no podrían vislumbrarse nuevas fronteras de la ciencia.   Recuerdo ahora, perfectamente, en el debate con el público asistente a aquel acto de la editorial, que señalé a instancias de algún participante, que consideraba que el pensamiento de Boaventura de Sousa Santos suponía para la antropología social y cultural – disciplina en la que me desempeño–, uno de los aportes, sino el más destacable, para su avance científico. La cuestión para mí es muy evidente, la interdisciplinariedad de su pensamiento y su producción termina por situar el reconocimiento de la diversidad creativa de los Pueblos y grupos humanos, y la inmaterialidad de los saberes específicos cultural y socialmente situados, en el centro de todo posible progreso para la Humanidad. Ello incluye, evidentemente, las luchas colectivas, puesto que en ellas el conocimiento y los saberes son tanto motor como consecuencia. De modo que el abstracto Humanidad, que tanto abunda en la retórica intelectual, deja de ser posible sin la especificidad y la diversidad de mundos que contiene a lo largo y ancho del Mundo que como especie hemos colonizado. Algo que desde las últimas décadas del siglo XX, al unísono del empuje global del neoliberalismo y los cantos de sus sirenas cibernéticas, la propia disciplina debida a ese objetivo fundacional ha ido dejando de proclamar y abanderar. Quiero decir, más allá de conciertos intereses nacionalistas que confunden la profundidad de un hecho que se encuentra bien encofrado en la obra de Boaventura de Sousa. De una forma destacable que supera la propia producción de la antropología contemporánea. Por eso, posiblemente, mientras para algunos es un reforzamiento para otros resulta un tanto difícil de encajar en una antropología de sacerdocio sin riesgos.   Revisando su trayectoria y algunas semblanzas que se encuentran en internet aparece destacado su oficio interdisciplinar. Sociología, Antropología, Sociología del derecho, Epistemologías, Politología, Historia, Filosofía, Economía, Educación y los llamados Estudios poscoloniales reconocen y se apropian de sus aportaciones en amplios debates de sus ámbitos. En el campo de la creatividad artística se le reconoce como poeta y rapero. Todo ello contribuye a una imagen transgresora de corsés, a cierto aroma de humanismo reservado en lo que auto-define como “pesimismo optimista”, que se completa con su autodidactismo esforzado por rebeldía a las fragmentaciones científicas.   Pocos académicos detentan en su currículum 23 investiduras de Doctor Honoris Causa en universidades prestigiosas de países de 3 continentes. Más de 20 premios y distinciones académicas en ámbitos culturales, artísticos y políticos nacionales e internacionales. Más de 34 proyectos internacionales de investigación dirigidos y más de 144 libros producidos de contenido científico que han sido traducidos en 6 lenguas diferentes. Decenas de artículos en revistas científicas. Cientos de artículos de prensa. Sigo sospechando que es posible que me esté dejando atrás datos importantes entre los que manejo.   Si atendemos a sus aportaciones al pensamiento contemporáneo se observa un proceso de maduración hacia el refinamiento que caracteriza el producto final de su obra: las Epistemologías del Sur.   Vestirse la toga con Os dereitos dos oprimidos a principios de los años 70 es un signo de fuego que augura el sitio de un faro que se alzará en el horizonte. La justicia cognitiva se fundirá con la justicia social en el descubrimiento de saberes sistemáticamente marginados e invisibilizados producidos por los habitantes de la favela Jacarezinho de Río de Janeiro. El espejo brasileño le acompañará para siempre. En el CIDOC (México) se impregna de la conciencia ecológica y la crítica al paradigma de progreso/desarrollo. Participa en la temprana creación en 1978 del Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coimbra, del que será director desde entonces hasta su nombramiento como director emérito en su jubilación. La inquietud por la transformación de la sociedad impresa en su emergente producción científica impregna y distinguirá el CES donde la innovación, los enfoques críticos sobre los desafíos sociales contemporáneos, la democratización del conocimiento, la revitalización de los derechos humanos y un sentido de la ciencia como bien público han forjado el prestigio de la institución.   Los años 80 engarzan su interés y dedicación a las luchas de los movimientos sociales en Brasil, donde en 1989 articula con investigaciones sobre el Presupuesto Participativo y la democracia participativa. El tercer milenio inaugura su activismo en el Foro Social Mundial, de donde surge la apuesta decisiva por la Universidad Popular de los Movimientos Sociales (UPMS) con decenas de oficinas desarrolladas en países de tres continentes. La coherencia entre su actividad intelectual y su activismo político ha consolidado una trayectoria y una labor científica excepcional. De ahí que su obra observada en su conjunto es una producción en permanente revisión de sus aportes, en ida y vuelta incesante entre la reflexión analítica y el contacto directo con el bullir de los colectivos en lucha. Implicándose en la búsqueda de alternativas viables para la construcción de otros mundos posibles poniendo en experimentación apuestas prácticas para las necesidades presentes de los participantes en la acción.   La colaboración en la formulación de las Constituciones de Bolivia y Ecuador deja su impronta en la defensa que promulgan de la plurinacionalidad y el derecho de la naturaleza. Pero a pesar del nivel de estas influencias, o precisamente por ellas, el autoritarismo que promueve el neoliberalismo aposentado en los gobiernos e instituciones de los Estados en una tendencia que parece mundializarse, degradando los derechos humanos, la democracia y la diversidad de vida del planeta en sentido amplio, el pensamiento de Boaventura de Sousa y su estrecha articulación con el activismo político y las luchas son amenazas para las posiciones de ultraderecha en muchos países en la UE, Europa, las Américas y África, donde en las últimas décadas se ha difundido su producción y su acción política.   En la comprensión de las paradojas de los presentes en quiebra, y de las formas que parece reforzar la línea abisal del patrón de dominación del capitalismo global, la perspectiva de las Epistemologías del Sur y su formulación teórico-metodológica de una doble sociología complementaria es una de las aportaciones más relevantes al pensamiento contemporáneo. Su sociología de las ausencias para desvelar y decodificar las formas de invisibilización y producción de inexistencias, y su sociología de las emergencias que refuerza y articula con las luchas sociales alternativas para la vida, embridan los saberes desperdiciados con los surgidos de las propias luchas por la existencia. Con ellas, su ecología de saberes como una racionalidad alternativa a la que el desarrollismo capitalista ha impuesto, propone un desarrollo equilibrado basado en la equidad, la distribución de la riqueza y la sostenibilidad.   Los pilares de su obra articulan en 3 ejes que se trenzan tanto en la reflexión teórica como en las propuestas de acción transformativa: la educación, el derecho y la producción de conocimiento. El compromiso con la educación como arma fundamental para la lucha y la liberación, con la justicia social y la democracia, y con la justicia cognitiva que necesariamente pasa por la descolonización del saber y de las universidades, entretejen la totalidad de su obra. Desvelando lo crucial de las instituciones en disputa por los intereses globales.   Si nos centramos en las universidades, como instituciones donde se trenzan, vemos el proceso en la propia línea del tiempo de sus escrituras. Entre la Democratización de la universidad (1975) y Descolonizar la Universidad: el desafío de la justicia cognitiva global (2021) encontramos los retos del proceso expansivo social de las universidades públicas hasta la transnacionalización y mercantilización del conocimiento. Estas producciones ilustran ese sistema revisionista permanente en la vigilancia y diagnóstico de la dinámica social que contiene su obra. La universidad es un bien público en disputa, reflejo de lo que ocurre con el propio Estado. Un problema que en realidad no es más que uno, en las disputas y luchas contrahegemónicas, puesto que se trata de un bien ligado al proyecto de nación. Por eso, su ecología de saberes y su noción de justicia cognitiva forma parte también de las propuestas alternativas y descolonizadoras para la universidad. Dado que las ecologías de saberes implican una revolución epistemológica en el seno de la universidad, y es en sí mismo un revulsivo contra el proyecto que pone el conocimiento producido al servicio del capitalismo global. Pues supone la apuesta de poner en diálogo el saber científico y los saberes legos que circulan en la sociedad. Aunque la razón indolente en su razón de ser y existir, en todos los ámbitos y colectivos donde está instalada, tiende a tirar el niño con el agua de la bañera, tomando la parte por el todo y el todo por la parte, el nombre de Boaventura de Sousa Santos no puede ni podrá separarse de las Epistemologías del Sur. Del mismo modo que quien inventó la rueda para el servicio de todos, pudo cometer el error de no prever en principio el desgaste de rodamiento sobre los ejes de la carreta, esto no determinó que se prescindiera de ella.   Las Epistemologías del Sur es una corriente de pensamiento constitutiva de las ciencias sociales. Un sello en la sociología y las humanidades del siglo XXI.

  • La producción científica que nos preocupa: Boaventura De Sousa Santos y sus lentes para la (Re)existencia en las sociedades contemporáneas

    Allene Lage, P ostdoctora en Derechos Humanos por la Universidad Federal de Pernambuco, Programa de Postgrado en Derechos Humanos (2016) y Postdoctora en Educación por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (2012). La primera vez que hablé con Boaventura de Sousa Santos fue en agosto de 2000, a través de un atrevido correo electrónico en el que, sin conocerle, le escribí contándole mi deseo de que fuera mi asesor científico para un programa académico de doctorado en la Universidad de Coimbra. Un año después, llegué a Coimbra con una beca del gobierno brasileño para hacer mi doctorado bajo su dirección, que duró cuatro años. En mayo de 2006 tuvo lugar la presentación/defensa de mi tesis, un valioso trabajo de investigación sobre las luchas sociales en Brasil y Portugal, titulado Lutas por Inclusão nas Margens do Atlântico (Luchas por la inclusión en las márgenes del Atlántico). Desde entonces, he estado estudiando y siguiendo la producción intelectual de Boaventura de Sousa Santos, cuya principal característica es una forma distintiva de pensar, que logra hacer visible, explicar y analizar, sin subalternizar, el conocimiento y las prácticas sociales producidas en el Sur global, en el marco de un nuevo paradigma científico, que incluye lo social y lo político. Boaventura de Sousa Santos es un prestigioso científico social que ha sido reconocido internacionalmente, más allá de Portugal, en universidades de Brasil y de muchos otros países, por asociaciones científicas, universidades e instituciones públicas y privadas, mediante la concesión de altos títulos académicos, premios y distinciones públicas. Entre otras distinciones, ha recibido más de 20 doctorados honoris causa en Brasil y en varios países del mundo. La obra de Boaventura de Sousa Santos, además de adoptar un enfoque amplio y articulado de la producción de conocimiento sobre diversas dimensiones de la sociedad, es extensa y exige que el lector erudito se adentre en su racionalidad sofisticada y rompedora, que devora los conceptos hegemónicos, al tiempo que propone mirar el mundo a través de nuevas lentes y nuevas categorías.  Por lo tanto, para comprender el pensamiento teórico de Boaventura de Sousa Santos es necesario, en primer lugar, estar dispuesto, junto con él, a romper o al menos sospechar de todo lo que aparentemente está a salvo en el ámbito de la ciencia. En las décadas de 1980 y 1990, Boaventura de Sousa Santos se centró en los temas de la ciudadanía, la ciencia, los modos de producción del poder social, el análisis de la sociedad portuguesa y la globalización. Sobre estos dos últimos temas, desarrolló proyectos de investigación que reunieron a decenas de investigadores de seis países y dieron lugar a la publicación de dos colecciones, una con 5 libros y otra con 8 libros.  Los temas analizados en este periodo se inscriben en varias dimensiones, como él mismo explica, como la epistemología (Un discurso sobre la ciencia, 1988 o Introducción a la ciencia posmoderna, 1989) y un paradigma científico que es también un paradigma social, ya que surge en una sociedad que es revolucionada a su vez por la ciencia (Un discurso sobre la ciencia, 1988). Y la dimensión política y cultural (Alice's Hand: The Social and the Political in Postmodernity, 1994). [1] En la década de 2000, profundizó aún más en sus robustas reflexiones al publicar el premiado libro La crítica de la razón indolente : contra el despilfarro de la experiencia (2000), que aborda la ciencia, el derecho y la política. En los años siguientes, publicó Gramática del tiempo (2006), Epistemología del Sur (2010), El fin del imperio cognitivo (2018), y el último, El conocimiento nacido en la lucha: la construcción de las epistemologías del Sur (2024). En otras lenguas, los últimos libros publicados son: Law and the Epistemologies of the South. Cambridge: Cambridge University Press (2023), Postcolonialism, Decoloniality and Epistemologies of the South . Buenos Aires: CLACSO (2022), Tesis sobre la descolonización de la historia . Buenos Aires: CLACSO (2022), Conoscere per liberare . Roma: Castelvecchi (2021), Decolonising the University: The Challenge of Deep Cognitive Justice . Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing (2021), Educación para otro mundo posible. Buenos Aires: CLACSO; CEDALC (2019), El fin del imperio cognitivo. La mayoría de edad de las epistemologías del Sur . Durham y Londres: Duke University Press (2018). En esta línea, podemos constatar que, a lo largo de su trayectoria académica e intelectual, Boaventura de Sousa Santos ha publicado más de 150 libros en el campo de la sociología, o en diálogo con otras áreas del saber, en diversas lenguas y países, así como centenares de artículos científicos, construyendo un nuevo pensamiento científico. Su trabajo se extiende también al campo de la literatura, con una producción poética de nueve obras. Boaventura de Sousa Santos, en su vasta obra académica, ha creado varios conceptos teóricos que han sustentado estudios en diferentes áreas del conocimiento. Algunos de estos conceptos teóricos son los siguientes: La hermenéutica diatópica es un concepto importante de la década de 1990. Según Santos (1997), se basa en la idea de que todas las culturas son incompletas y, por lo tanto, pueden enriquecerse mediante el diálogo y la confrontación con otras culturas. Según Santos, esta incompletitud no es visible desde dentro de la cultura, ya que la aspiración a la totalidad lleva a tomar la parte por el todo. Así, suscribe que el objetivo de la hermenéutica diatópica no es alcanzar la completud -objetivo inalcanzable-, sino, por el contrario, ampliar al máximo la conciencia de la incompletud mutua a través de un diálogo que tiene lugar, por así decirlo, con un pie en una cultura y el otro en otra. Concluye diciendo que esto es lo que lo convierte en dia-tópico. Epistemicidio es un término utilizado por Boaventura de Sousa Santos desde su libro Pela Mão de  Alice (1995). Epistemicidio es el proceso de destrucción creativa de conocimientos, saberes y culturas no asimilados por la cultura blanca/occidental, promovido por la ciencia moderna en defensa de su estatus privilegiado en esencia. La Sociología de las Ausencias y la Emergencia (2002) son dos vigorosos conceptos de la obra de Boaventura de Sousa Santos, publicados originalmente en un artículo en inglés.  En sus términos, la Sociología de las Ausencias (2002) trata de demostrar que lo que no existe es, de hecho, producido activamente como no existente, como alternativa no creíble a lo que sí existe. La cuestión de la inexistencia se centra entonces en una invisibilidad producida, un descrédito construido de tal manera que apunta a escenarios sin alternativas. En el centro de este marco, la Sociología de las Ausencias pretende transformar los objetos imposibles en posibles y, a partir de ahí, transformar las ausencias en presencias. La Sociología de las Emergencias (2002) consiste, como dice Boaventura de Sousa Santos, en realizar una expansión simbólica de saberes, prácticas y agentes para identificar en ellos las tendencias del futuro (el Todavía-No) sobre las que es posible actuar para maximizar la probabilidad de esperanza en relación con la probabilidad de frustración. Desde esta perspectiva, Santos define la sociología de las emergencias como la actuación tanto sobre las posibilidades (potencialidad) como sobre las capacidades (potencia). El No-Todavía tiene sentido (como posibilidad), pero no tiene dirección, ya que puede acabar en esperanza o en desastre. Otra perspectiva teórica desarrollada por Boaventura de Sousa Santos (2007) se refiere al pensamiento occidental moderno, al que denomina Pensamiento Abisal, que, según él, consiste en un sistema de distinciones visibles e invisibles, en el que las invisibles sustentan a las visibles. Para Santos, las distinciones invisibles se establecen a través de líneas radicales que dividen la realidad social en dos universos distintos: el universo "a este lado de la línea" y el universo "al otro lado de la línea". La división es tal que "el otro lado de la línea" desaparece como realidad, se vuelve ‑inexistente e incluso se produce como inexistente. Por lo tanto, en sus términos, Santos afirma que la característica fundamental del pensamiento abisal es la imposibilidad de la copresencia de los dos lados de la línea. Este lado de la línea sólo prevalece en la medida en que agota el campo de la realidad relevante. Más allá de ella sólo hay inexistencia, invisibilidad y ausencia no dialéctica. Por último, pero sin agotar el potencial creativo y profundo de su obra, está Epistemologías del Sur (2010), uno de sus marcos teóricos más difundidos.  Según Boaventura de Sousa Santos, una epistemología del Sur se basa en tres orientaciones: aprender que el Sur existe; aprender a ir al Sur; aprender del Sur y con el Sur. Su reflexión sobre la epistemología del Sur comenzó en 1995, cuando propuso este concepto, y desde entonces la ha ido profundizando a partir de su constatación de que el vasto campo de cuestiones que abarca la reflexión filosófica excede con mucho la racionalidad moderna, con sus zonas de luces y sombras, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. En los últimos 20 años, ha trabajado ampliamente sobre este concepto en investigaciones tanto en el Sur Global como en Europa, como el proyecto "Alicia, espejos extraños, lecciones imprevistas" (2011-2016), financiado por el Consejo Europeo de Investigación como investigador principal. Este sólido marco teórico ha servido de referencia en la investigación científica en programas de postgrado en Brasil y en el extranjero. La obra de Boaventura de Sousa Santos ha sido utilizada como marco teórico consistente y apropiado en la producción científica de tesis y disertaciones realizadas en el ámbito de estos programas, en sus cursos de maestría y doctorado, así como para proyectos de investigación financiados por instituciones de financiación nacionales e internacionales. En Brasil, sus trabajos han servido de base teórica para un número significativo de tesis de máster y doctorado en diversas universidades brasileñas. [2] En un estudio de la base de datos de la Biblioteca Digital de Tesis y Disertaciones (BDTD) del Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología (IBICT) , recogimos los siguientes datos. Influencia de la producción teórica de Boaventura de Sousa Santos en la producción científica brasileña de posgrado Términos de la búsqueda Número de menciones en el título Número de menciones en los campos título, autor, tema y resumen) de tesis disertación Boaventura de Sousa Santos 02 09 650 Hermenéutica diatópica 01 01 10 Sociología de las ausencias 01 04 704 Ecología del conocimiento 13 15 2.406 Epistemicidio 02 05 125 Pensamiento o línea abisal 04 05 164 Epistemologías del Sur 04 07 2.036 CANTIDADES TOTALES 27 46 6.095 Fuente: Datos IBICT, recogidos el 06/Jun/2024 ( https://bdtd.ibict.br ) Esto demuestra la confianza de miles de científicos e investigadores brasileños en la calidad científica del marco teórico elaborado por Boaventura de Sousa Santos. Esta cifra de más de 6.000 tesis y disertaciones se desglosa en un número mucho mayor de artículos científicos presentados en eventos científicos y publicados en revistas de Brasil y otros países. Además, en el contexto de los programas de postgrado en Brasil, destaca el gran número de referencias bibliográficas a Boaventura de Sousa Santos en las asignaturas impartidas por profesores brasileños de postgrado en ciencias sociales y humanidades.   Referencias SANTOS, Boaventura de Sousa y MENESES, Maria Paula (eds). Saberes nacidos en la lucha: construyendo epistemologías del Sur . Coimbra: Edições 70, 2024. SANTOS, Boaventura de Sousa. La Crítica de la Razón Indolente: Contra el Desperdicio de la Experiencia . São Paulo: Cortez, 2000 SANTOS, Boaventura de Sousa. La gramática del tiempo. Hacia una nueva cultura política . São Paulo: Cortez, 2006 SANTOS, Boaventura de Sousa. Introducción a una ciencia posmoderna . Porto: Afrontamento, 1989 SANTOS, Boaventura de Sousa. El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del sur . Coimbra: Almedina, 2019 SANTOS, Boaventura de Sousa. Hacia una sociología de las ausencias y una sociología de las emergencias. En: Revista Crítica de Ciências Sociais . nº 63, octubre, p: 237 - 280. Coimbra: CES, 2002. Coimbra: CES, 2002. SANTOS, Boaventura de Sousa. La mano de Alicia: lo social y lo político en la posmodernidad . Porto: Afrontamento, 1994 SANTOS, Boaventura de Sousa. Un discurso sobre las ciencias . Porto: Afrontamento, 1988 SANTOS, Boaventura de Sousa. Una concepción multicultural de los derechos humanos. En: Lua nova: Revista de Cultura e Política, São Paulo, v. 39, p. 105-124, 1997. SANTOS, Boaventura de Sousa; Meneses, Maria Paula (eds.). Epistemologías del Sur . Coimbra: Almedina, 2009   [1]  Premio Jabuti en 2001. Este galardón anual brasileño es el premio literario más tradicional de Brasil, concedido por la Cámara Brasileña del Libro, creada en 1959. [2]  Lanzada en 2002.

  • La universidad y Bovaentura de Sousa Santos: de la batalla epistémica a la proyección Social

    Por Elodia Hernández León Artículo publicado en La Voz de la República La valoración de la trayectoria de una figura tan relevante en el panorama de las ciencias sociales, como la de Boaventura de Sousa Santos, es todo un reto. Son muchas las producciones de este autor y también numerosos los trabajos que recogen y analizan su relevancia epistemológica. Unas y otros están disponibles al juicio del lector. Por ello en el momento de escribir sobre su obra, más que compendiar sus méritos, prefiero trasmitirles una valoración contextualizada en el medio universitario desde mi propia percepción. El profesor Santos representa la universidad que imagino, una idea amplia, no restringida a lo puramente académico . Una universidad abierta que se preocupa por la formación humana, por la cultura crítica y el compromiso social universitario, que aspira a la igualdad y a la justicia social y que se encuentra a gran distancia de la institución reaccionaria con la que a menudo nos tropezamos. Un ideal de universidad cada vez más ausente en un medio gobernado por el neoliberalismo económico, en una institución que, lejos de transformase, pierde la capacidad de reacción ante los atropellos políticos censuradores, como está ocurriendo en pleno siglo XXI. Se extiende la idea absurda de una universidad apolítica, encerrada en la torre de marfil de lo puramente académico , como un eufemismo de lo que será una universidad presa de los poderes hegemónicos que ha perdido su propia razón de ser, la del pensamiento libre. Expresa el profesor, por sus trabajos en todos los planos universitarios, esa esperanza que aún tengo, quizás por optimista o perseverante, en esta vieja institución. Una institución que es expresión de los contextos socioeconómicos en los que habita, pero también a la vez puede, y debe, desarrollar esa capacidad transformadora. La universidad tiene que ser pilar de cambio creativo. Esa es mi idea de universidad y el profesor Boaventura de Sousa, en su amplia trayectoria, la encarna tejiendo coherentemente todo lo que la universidad puede ser. Ha contribuido al desarrollo del conocimiento de manera magistral; al crecimiento, a la apertura y a la renovación de la institución con gran empeño y ha estado acompañando a los movimientos sociales en su lucha por la justicia social. Su labor es destacable en todos los ámbitos en los que parcializamos la universidad: en la investigación y docencia, en la gestión y en la transferencia. Pero en su caso, los diferentes planos se tornan capas permeables comunicadas entre sí, como sólo es posible lograr por quien actúa desde un fuerte convencimiento capaz de sostener la labor de toda una vida. En la dimensión de la investigación sus aportaciones alcanzan una amplia proyección y reconocimiento, sorteando la baja consideración de las disciplinas sociales en las jerarquías de valoración científica y en la relevancia que le conceden las políticas de regulación de la ciencia. Ocupar un lugar en el campo científico no es fácil, dada la distinta posición de salida para las trayectorias del área de las sociales, siempre expuestas a la sospecha de la falta de objetividad y de la utilidad que caracterizaría a las ciencias puras o exactas y tecnológicas; como si estas últimas se caracterizaran por una neutralidad que las mantuviera al margen de intereses políticos y no hubieran tenido relación alguna con las legitimidades que justifican guerras, genocidios, feminicidios, homofobias, desigualdades y otras vergüenzas de nuestra historia. Aun teniendo en cuenta estas dificultades, Boaventura de Sousa Santos con sus investigaciones ha contribuido e impulsado el crecimiento de las ciencias sociales, elevándolas, haciéndolas emerger, dada la calidad de sus análisis y estudios que le han granjeado numerosos reconocimientos académicos (más de cuatro decenas) que declinamos enumerar. Y lo ha hecho con un enfoque multidisciplinar, desde los campos de la sociología del derecho, la sociología política, la epistemología y los estudios poscoloniales; para abordar en profundidad temáticas como los movimientos sociales, la globalización, la democracia participativa, la reforma del Estado y los derechos humanos, huyendo de los tristes encasillamientos disciplinares, actuando contra la fragmentación del pensamiento que tanto aqueja al panorama científico y que neutraliza el proyecto emancipatorio que una universidad renovada podría impulsar.  Este enfoque metodológico, integral y amplio, le ha permitido analizar los contextos contemporáneos sin despreciar la historia , tan ignorada en ocasiones en las ciencias sociales en pro de la ficción de una objetividad sincrónica. No solo es conocedor profundo de ésta, consciente de las ausencias en sus diferentes versiones hegemónicas y subalternas, sino que desarrolla un manejo amplio de las coordenadas espacio-temporales. Siendo un pensador versado en lo global, con proyección mundial, se preocupó por el conocimiento de las experiencias locales para contribuir a la emergencia de los grupos y pueblos excluidos por la inexistencia cognitiva.  Si la fragmentación teoría/práctica, que quiebra el necesario rigor en la producción del conocimiento, está presente en los contextos universitarios con más frecuencia de lo deseable, en el caso del profesor Boaventura, la imbricación entre una y otra son plenas. Los más sutiles desarrollos creativos de su portentosa imaginación, capaz de armar las teorías más complejas, acompañan a las experiencias sociales dialogando con ellas. De forma que lo más complejo se aprehende a la luz de lo vivido, de ahí la fuerza comunicativa de sus teorías que iluminan las zonas de umbría para un gran número de estudiantes, docentes y personal de investigación que, conocedores de la utilidad de sus aportaciones, acuden masivamente a escuchar y a dialogar con el profesor, colmatando las aulas y paraninfos como pocos pensadores y activistas de lo social logran.  A la lucidez del análisis experimentado se une, como un valor que explica la amplia proyección de sus aportaciones, la capacidad propositiva de ofrecer alternativas, de esbozar líneas de actuación necesarias para imaginar y construir otros futuros de utopías reales, que llenan las cabezas y los corazones de quienes están en la búsqueda de la justicia social. Se trata de política, claro, las ciencias no se producen al margen de ésta, pero en el profesor Boaventura, el impulso y la capacidad de implicación, acción y activismo devienen de las grandes propuestas de revolución y renovación epistémicas, como él mismo proclama: no hay justicia social sin justicia cognitiva. Boaventura de Sousa sabe de su oficio, como buen artesano maneja todos los elementos implicados en la pieza de artesanía, moviéndose con gran maestría desde los cimientos . En el inicio se hizo las preguntas pertinentes de orden epistemológico, armando una crítica al proyecto moderno al desbrozar sus limitaciones internas. Para transcenderla a continuación, en pro del abordaje de los límites externos del conocimiento europeo, un pensamiento eurocéntrico que se imagina único y universal. Continúa con teorías innovadoras acerca de la descolonización del pensamiento, las sociologías de las ausencias y las sociologías de las emergencias, la ecología de saberes y las epistemologías del sur, componiendo la trayectoria del que, sin duda es, uno de los científicos más relevantes en el panorama de las ciencias sociales contemporáneas.  La obra de Santos descubre, como las figuras emergen en el papel fotográfico en la cubeta del revelado, el ser de grupos, clases y pueblos víctimas del capitalismo y del colonialismo. Pero este revelarse es en color y en primer plano, en plano de igualdad, en el encuentro. El sur, concepto geopolítico, no geográfico, emerge en sus obras desde el conocimiento de otras epistemologías, otros saberes y experiencias que rompen el monocultivo de la uniformidad cultural con la que se concibió la aldea global por parte del norte. El reconocimiento de la pluralidad de epistemologías en el mundo, las llamadas al dialogo transcultural, con los sujetos, no objetos de estudio, encajan con la mirada antropológica, siendo su aportación fundamental en esta disciplina. Pero son muchos otros los campos de lo social en las que la obra del profesor resulta de calado, simiente transformadora. Veamos por ejemplo cómo define con sus propias palabras, desde su apuesta por la descolonización del conocimiento, la solidaridad, un concepto nuclear en el campo de la intervención social: “La solidaridad como forma de conocimiento es el reconocimiento del otro como igual, siempre que la diferencia le acarree inferioridad; y como diferente, siempre que la igualdad le ponga en riesgo la identidad” (Una Epistemología del Sur. La reinvención del Conocimiento y la Emancipación Social. 2009: 85). Imagino el comienzo del curso de estudiantes de Trabajo Social. Las conclusiones que podrían extraer al enfrentar estas líneas a los entendimientos de la solidaridad como caridad religiosa o desde el mercantilismo y utilitarismo (como un expresidente del gobierno de España declaró “una cosa es ser solidario y otra es serlo a cambio de nada” radio cope 23/06/2024)La reflexión a partir de la propuesta de Boaventura de Sousa Santos, provee de otros instrumentos epistémicos para repensar la acción social desde la igualdad y la diversidad cultural siendo fundamental en la formación de estos profesionales.  Las abundantes y relevantes aportaciones a la ciencia corren simultáneas con una activa labor de proyección social del conocimiento, esencial en la misión universitaria. Pero en el caso de Boaventura de Sousa, esta misión desborda los límites, es mucho más que transferencia académica regulada, más de lo esperable. Desde el comienzo ha trabajado ampliamente con los movimientos sociales, más allá de proporcionar un marco de análisis sobre su significación emancipatoria. Ha compartido activamente sus conocimientos, desde la apuesta por el diálogo interepistemológico, con los más significativos movimientos sociales del mundo. A partir de su participación en el Foro Social Mundial (Porto Alegre, Brasil) en 2003, propone la conformación de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales (UPMS). Una universidad muy especial en la que se encuentran para autoformarse, compartiendo y dialogando, activistas de movimientos sociales, científicos sociales, investigadoras y artistas. Un proyecto paradigmático del ideal de universidad comprometida con la transformación social, que materializa las líneas propositivas lanzadas en sus teorías desde la apuesta por la descolonización del pensamiento a las epistemologías del sur, mostrando la coherencia entre teoría y práctica que hemos señalado y la permeabilidad entre las diferentes dimensiones del desempeño universitario. Boaventura de Sousa Santos también ha dedicado sus esfuerzos a repensar sobre la universidad, a la crítica de una institución agotada y asfixiada por el peso de los parámetros del liberalismo económico, sin soslayar la necesaria implicación en el abordaje de la gestión universitaria. Imaginó un centro de estudios sociales--CES fundado en 1978-- dedicado a la producción dinámica de conocimiento, a la innovación investigadora en confluencia con la formación e innovación docentes. El Centro de Estudios Sociales logró la confluencia de apoyos financieros y humanos para crecer como un referente de reconocido prestigio a nivel internacional contribuyendo a la ubicación de la Universidad de Coimbra y de las ciencias sociales en el mapa. En su seno toman cuerpo proyectos como ALICE - Espejos extraños, lecciones imprevistas: definiendo para Europa una nueva forma de compartir las experiencias del mundo, financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), que logran visibilizar y materializar la revolución del pensamiento propuesta por Boaventura de Sousa Santos. Su buen saber y hacer definen también esa dimensión de gestión tan imprescindible como denostada en la universidad.  Como hemos señalado al inicio de estas líneas, siempre insuficientes para la valoración de tan abultada trayectoria, el profesor Santos encarna la universidad que imagino: centros de irradiación del pensamiento, democráticos, participativos, abiertos y al servicio de la sociedad. Instituciones renovadas que rompen con el elitismo y tienden la mano a otros saberes desde la disposición al intercambio, la interacción y el crecimiento mutuo. Una universidad en la que un nosotros cosmopolita fluye frente a los localismos e individualismos, una utopía quizás, pero realizable a tenor de lo conseguido en su trayectoria por el profesor, o mejor, maestro, Boaventura de Sousa Santos. Claro está que un servidor público con capacidad de crítica y de ofrecer alternativas contrahegemónicas, puede ser peligroso. Sólo desde la valentía y el continuo esfuerzo de una mente prodigiosa gobernada por la más absoluta empatía y generosidad puede construirse una trayectoria como la suya. Esperemos seguir disfrutando con sus aportaciones por largo tiempo.

  • BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS: SOCIOLOGÍAS DE LAS AUSENCIAS Y DE LAS EMERGENCIAS DESDE LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR

    Juan José Tamayo , Emérito de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”. Universidad Carlos III de Madrid. Preguntas provocativas               ¿Por qué resulta tan difícil hoy construir teorías filosóficas y ciencias sociales críticas, cuando hay tanto que criticar, cuando cada vez son más las situaciones que suscitan incomodidad, más aún, indignación, y llevan al inconformismo en todos los escenarios: culturales, políticos, económicos, sociales, ecológicos, jurídicos? Así lo demuestran las protestas populares en el mundo árabe contra los autócratas, las movilizaciones estudiantiles; el movimiento de los Indignados , que comenzó en mayo de 2011 en España y se extendió por todo el mundo, las convocatorias masivas contra la guerra de todos los sectores sociales, la Primavera Árabe, los Foros Sociales Mundiales, el Movimiento para las Alternativas, el Foro Mundial de Teología y Liberación, etc.             ¿Por qué es tan difícil proponer alternativas de desarrollo desde las ciencias políticas y económicas, cuando las grandes promesas de la libertad, la igualdad y la paz perpetua de la modernidad quedaron sin cumplir y, cuando la realización de algunas promesas como la de dominar la naturaleza, ha tenido consecuencias tan perversas para el planeta? ¿Se puede formular un pensamiento posmoderno de oposición que recupere esas promesas y vaya más allá de la deconstrucción y del desencanto político de la posmodernidad dominante? ¿Cómo luchar contra la globalización hegemónica y qué estrategias seguir a favor de una globalización contrahegemónica? ¿Cómo contrarrestar la proliferación o, mejor, el crecimiento estructural de la exclusión en el Tercer Mundo, que va camino de desembocar en un fascismo social? ¿Cómo abordar la tarea de reinventar el Estado, la democracia y la cultura política para responder a esa situación?             Son todas preguntas de gran calado a las que viene dando respuestas con rigor científico, creatividad intelectual y en sintonía con los movimientos sociales desde hace más de ccinco décadas Boaventura de Sousa Santos (Coimbra, Portugal, 1940), doctor en Sociología del Derecho por la Universidad de Yale, Catedrático de Sociología en la Facultad de Economía ), ex Director del Centro de Estudios Sociales, Coordinador del Observatorio Permanente de la Justicia Portuguesa de la Universidad de Coimbra (Portugal) y Distinguished Legal Scholar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison (U.S.A.)             En 2003 aparecía en España su obra Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia  (Desclée de Brouwer, Bilbao, 2003)- Dos años después se publicaba El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política (Trotta, Madrid, 2005). De ellas me ocupé en dos reseñas del diario El País y sirvieron para a conocer el pensamiento creativo y la teoría crítica de Boaventura de Sousa Santos. En 2009 leí Sociología jurídica crítica. Para un nuevo sentido común en el derecho  (Trotta, Madrid, 2009). Son tres obras mayores que ofrecen claves fundamentales para la elaboración de una teoría crítica de la sociedad, la política, la economía y el derecho. En 2014 publicó dos obras que pueden considerarse fundantes del nuevo paradigma de las Epistemologías del Sur: Epistemologies of the South. Justice against Epistemicide (Paradigme Publisher, Londres, 2014) y Epistemologías del Sur. Perspectivas (Akal, Madrid, 2014), en codirección con María Paula Meneses. A ellascabe sumar Si Dios fuese un activista de los derechos humanos  (Trotta, Madrid, 2014), que es una aproximación a las teologías políticas de la liberación elaboradas en y desde el Sur global. En 2017 apareció Justicia entre saberes: Epistemologías del Sur contra el epistemicidio (Morata, Madrid). En abril de 2019 se publicó El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las Epistemologías del Sur  (Trotta, Madrid, 2019), donde defiende la necesidad de una transformación epistemológica que garantice una justicia cognitiva global como condición necesaria para una justicia global.   Pensamiento transgresor               El itinerario intelectual de Boaventura de Sousa Santos no se caracteriza precisamente por la instalación en el sistema, ni siquiera en una sola disciplina o rama del saber, sino por la búsqueda y la transgresión de fronteras disciplinares. En todas sus obras interactúan armónicamente las más variadas disciplinas: la filosofía, de Aristóteles a Foucault, la ciencia política, las ciencias sociales, las ciencias jurídicas, la filosofía del derecho, la sociología jurídica, la antropología, la estética, la crítica literaria y las ciencias de las religiones. Me cabe el honor de haber contribuido a su dedicación a estas últimas en nuestras encuentros y textos en permanente diálogo. El resultado es un pensamiento dinámico, plural, no encorsetado, abierto a los nuevos climas culturales y a los múltiples desafíos de nuestro tiempo.                Desde el principio confiesa su verdadera ubicación sociocultural. “No soy modernista. Y tampoco soy posmodernista en el sentido antedicho (posmodernismo celebratorio)”. Entre ambos propone una tercera postura: “el posmodernismo de oposición”, desde donde defiende que hay problemas modernos para los que no hay soluciones modernas. El paradigma moderno puede contribuir a las soluciones que buscamos, pero nunca podrá producirlas.             Santos es uno de los científicos sociales más creativos del actual panorama intelectual. Posee una gran capacidad de innovación tanto en el propio lenguaje cargado de imágenes, símbolos e intuiciones, como en los contenidos y las propuestas, y sabe articular coherentemente los análisis críticos con las alternativas, las protestas con las propuestas, la indignación ética con la reconstrucción política, la teoría crítica con las utopías históricas. Lejos de transitar por caminos ya trillados, abre nuevos caminos en la investigación y en la escritura. El símbolo da que pensar, decía Paul Ricoeur. Creo que eso mismo se le puede aplicar al pensamiento itinerante y no instalado de Boaventura: da que pensar, porque ha sido pensado y meditado en profundidad y con la radicalidad de un pensamiento transgresor. Él se ubica en la tradición crítica de la modernidad, si bien con distancia en aspectos fundamentales, justamente en aquellos que nacieron ya enfermos y se desarrollaron patológicamente. Mientras que la teoría crítica moderna persiste en su empeño de desarrollar las posibilidades emancipadoras dentro del paradigma dominante, el científico social portugués cree que no es posible concebir estrategias emancipadoras genuinas en ese ámbito, pues todas terminan transformándose en estrategias reguladoras dictadas por el propio sistema y, en definitiva, al servicio del paradigma dominante, que tiene más de excluyente que de acogedor en todos los campos, el del saber y el de la vida cotidiana, el de la política y el de la economía, el de la religión y el de la cultura.  Es necesario diseñar, a través de la imaginación utópica, un horizonte nuevo donde se anuncia el paradigma emergente. Horizonte que apunta por doquier en los movimientos sociales y en las luchas de resistencia global, en las ciencias sociales y en las ciencias de las religiones, pero al que todavía siguen siendo insensibles los cancerberos de la modernidad, muchos de ellos convertidos en fundamentalistas de unos valores modernos con fecha de caducidad, que, no obstante, quieren imponer a toda la humanidad y a la naturaleza, como el más desarrollado y, por ello, el de mayor proyección universalista.  La teoría crítica de la Modernidad debe transformarse en un “nuevo sentido común emancipador”, cree Santos, quien define su trabajo intelectual como una doble excavación: a) en la basura cultural que genera el canon de la modernidad occidental, con un objetivo bien definido: recuperar las tradiciones, alternativas y utopías expulsadas de él; b) en el colonialismo y el neo-colonialismo, para descubrir relaciones más igualitarias y recíprocas entre la cultura occidental y las otras culturas. La excavación está motivada no por un interés arqueológico, sino por el deseo de identificar, en medio de las ruinas, fragmentos epistemológicos, culturales, sociales y políticos que ayuden a reinventar la emancipación social.             La obra de Boaventura de Sousa Santos es transgresora en todos los campos de investigación en los que trabaja. Habría que destacar al menos tres niveles en su transgresión: a ) El de las fronteras entre disciplinas académicas, ya que circula con gran libertad y competencia por todas ellas: la epistemología y el derecho, la literatura y la historia, la antropología y la psicología, la filosofía moral y política, la sociología y la ciencia política. b ) El de las fronteras geográficas y culturales, por su cosmopolitismo en el trabajo científico, sobre todo en países del Sur global, pero no desde la neutralidad de investigador distante, sino a través de una inmersión vital, de un compromiso político y de un diálogo multidireccional entre teorías y actores de todas las latitudes. c ) El de la tan celosamente respetada separación en el ámbito académico, entre teoría y práctica, al establecer una conexión intrínseca entre ambas.   Reinventar el derecho más allá del modelo neoliberal Su libro Sociología jurídica crítica. Para un nuevo sentido común en el derecho  (Trotta, Madrid, 2009) es una nueva demostración de que el itinerario académico e investigador del intelectual, científico social y jurista crítico portugués se caracteriza por el trabajo interdisciplinar, la transgresión de fronteras disciplinares y la propuesta de alternativas. La pregunta clave que se plantea es cómo reinventar el derecho más allá del modelo neoliberal y demosocialista, sin caer en la agenda conservadora y cómo conseguirlo para combatir esta última de manera eficiente. La respuesta es una nueva teoría crítica del derecho que se traduce en la propuesta de la legalidad del cosmopolitismo subalterno, insurgente , a partir del uso contrahegemónico del derecho y de los derechos. En el libro interactúan las más plurales disciplinas: la filosofía, de Aristóteles a Foucault, la filosofía del derecho, la ciencia política, las ciencias sociales, las ciencias jurídicas, la estética, el pensamiento social, etc. El resultado es una obra maestra interdisciplinar de sociología del derecho. Nueva teoría crítica de la sociedad     Vivimos tiempos de transición paradigmática. Con la consolidación de la convergencia entre el paradigma de la modernidad y el capitalismo, a partir de la mitad del siglo XIX, se entra en un proceso de degradación producido por la transformación de las energías emancipadoras en energías reguladoras . Y en esas estamos. La regulación ha comido el terreno a la emancipación, e incluso quienes nos creemos emancipados, vivimos instalados en la regulación. El colapso de la emancipación coloca dicho paradigma en su crisis final, sin posibilidad de renovación. Ahora bien, entre las ruinas se presienten señales, aunque vagas, de la emergencia de un nuevo paradigma. En su obra Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia ,   Santos define los parámetros de la transición paradigmática en su doble nivel, epistemológico y social, y en tres campos, la ciencia, el derecho y el poder, que constituyen el objeto central de su crítica, al ser los que ocupan un lugar central en la configuración y la trayectoria del paradigma de la modernidad occidental.             Boaventura pone bases para una nueva teoría crítica de la sociedad, convencido de que las ciencias sociales heredadas no son capaces de dar cuenta de los nuevos climas socioculturales, económicos y políticos. Con todo, no desconoce las dificultades para construirla y afronta con rigor los desafíos. Cuatro son las líneas maestras en las que se sustenta la nueva teoría. La primera es una nueva teoría de la historia como respuesta al desafío de la renovación tecnológica que logre dos objetivos: incorporar experiencias sociales silenciadas, marginadas y desacreditadas, reconstruir el inconformismo y la indignación social, y buscar alternativas.             La guía en esta búsqueda es la alegoría de la historia de Walter Benjamín en su comentario al cuadro Angelus Novus ,   de Klee sobre el “ángel de la historia” que vuelve su rostro hacia el pasado, donde observa una catástrofe perenne  que va amontonando ruinas sorbe ruinas y las arroja a sus pies, imagen de la acumulación del sufrimiento en la historia. Ya lo había anunciado Hegel, quien definía la historia humana como el banco del carnicero. Es una de las críticas más incisivas a la filosofía moderna del “progreso”, la predominante en el pensamiento occidental, sobre todo en la filosofía de la historia y en la teoría y práctica política socialdemócratas, cuestionadas por Walter Benjamin.             La segunda se centra en la superación de los preconceptos nortecéntricos y occidentales imperantes en las ciencias sociales. De Santos muestra la colonialidad del poder y del saber en toda su extensión, y amplía los criterios y principios de inclusión social a través de nuevas sinergias entre igualdad y diferencia que han de reconstruirse multiculturalmente.             La tercera es la reinvención del conocimiento como emancipación y como interrogación ética, con tres importantes implicaciones para las ciencias sociales: el paso del monoculturalismo al multiculturalismo y de éste a la interculturalidad; el de los conocimientos especializados heroicos al conocimiento edificante y contextualizado; el de la acción conformista a la acción rebelde.             La cuarta se concreta en dar prioridad a la reconstrucción teórica y a la refundación política del Estado y de la democracia en tiempos de globalización. “Al contrario de lo que pretende la globalización neoliberal, el Estado continúa siendo un campo decisivo de acción social y de lucha política, y la democracia es algo mucho más complejo y contradictorio de lo que las apresuradas recetas promovidas por el Banco Mundial hacen suponer”. La condición necesaria para hacer frente a la exclusión social que afecta a cada vez más seres humanos es llevar a cabo una doble reinvención: la del Estado y la de la democracia.   Nuevas forma de dominación y refundación del Estado y de la democracia               S antos concibe el Estado como “novísimo movimiento social”, que exige la refundación democrática de la administración pública para compatibilizar la eficiencia   con la democracia y la equidad, y lograr una mejora de los resultados sin caer en la limitación de la privatización. Otra refundación democrática irrenunciable es la del tercer sector , que requiere una correcta articulación entre este y el Estado, sin que tenga que desembocar en la complementariedad de ambos o en la sustitución de uno por otro. El tercer sector está sometido a los mismos vicios que el Estado. En muchos países no se ha democratizado todavía y cae fácilmente en el paternalismo y el autoritarismo.             Inseparable de las dos reinvenciones anteriores es la reinvención de la democracia . Los valores de la modernidad, libertad, igualdad, autonomía, subjetividad, justicia, solidaridad, y las antinomias entre ellos, cree el profesor de Coimbra y de Wisconsin, perviven, pero están sometidos a una creciente sobrecarga simbólica. Vienen a significar cosas cada vez más dispares para los distintos grupos y personas, hasta el punto de que el exceso de sentido paraliza la eficacia de estos valores y, por lo tanto, los neutraliza.             Santos propone alternativas sugerentes de reconstrucción teórica y analítica centradas en el Estado, la democracia y la globalización. Para ello busca una nueva ecuación entre el principio de la igualdad y el del reconocimiento de la diferencia frente a los dos sistemas de pertenencia jerarquizada en el paradigma de la modernidad en su versión capitalista: el sistema de desigualdad y el de exclusión. Llama la atención sobre las falacias de la globalización, entre las cuales cabe citar el determinismo y la desaparición del Sur. Y, muy importante, establece una distinción y una diferenciación entre globalización hegemónica y globalización contra-hegemónica.             Uno de los elementos importantes a tener en cuenta en el análisis crítico del paradigma de la modernidad es que no existe una única forma de dominación como tampoco un principio único de transformación social, sino muchas y conectadas entre sí. La dominación y la opresión se presentan con múltiples rostros, algunos de los cuales, como la dominación patriarcal, apenas han sido objeto de atención de la teoría crítica moderna, que ha pasado por ella como por brasas, sin apenas prestarle atención; peor aún, reforzándola más todavía.             Las cinco monoculturas y las cinco ecologías                El capítulo más sugerente y creativo de El milenio huérfano  es, a mi juicio, el que lleva por título “Hacia una sociología de las ausencias y una sociologías de las emergencias”, que resume las reflexiones teóricas y epistemológicas de un amplio proyecto de investigación en seis países pertenecientes a diferentes continentes (Mozambique, Sudáfrica, Brasil, Colombia, India y Portugal), cuyo principal objetivo era mostrar qué posibilidades hay de llevar a cabo la alter globalización desde abajo, es decir, desde los movimientos sociales y las organizaciones no gubernamentales, y cuáles son sus límites.   Retoma la crítica a la razón indolente  en sus diversas formas: impotente, arrogante, metonímica y proléptica, que subyace al conocimiento hegemónico producido en Occidente durante los dos últimos siglos y que se desplegó en el contexto de la consolidación del Estado liberal, de las revoluciones industriales, del desarrollo capitalista, del colonialismo y del imperialismo. La crítica se centra en la razón metonímica , que opera obsesivamente con la idea de totalidad bajo la forma de orden y es  hoy la dominante. Es aquí donde Boaventura de Santos diseña su original sociología de las ausencias y de las emergencias .   Analiza, primero, el mundo de las cinco monoculturas, un mundo que desperdicia la experiencia : a) monocultura del saber, que cree que el único saber es el saber riguroso (epistemicidio); b) monocultura del progreso, del tiempo lineal, que entiende la historia como un camino de dirección única: por delante va el mundo avanzado, desarrollado; lo demás es residual, obsoleto; c) monocultura de la naturalización de las jerarquías, que considera un fenómeno inscrito en la naturaleza, y por tanto, cree inmodificables las jerarquías por razones de raza, etnia, clase, género; d) monocultura de lo universal como único válido, al margen del contexto; lo opuesto a lo universal es vernáculo, carece de validez; lo global toma precedencia sobre lo local; e) monocultura de la productividad, que define la realidad humana por el criterio del crecimiento económico como objetivo racional incuestionable; criterio que se aplica al trabajo humano, pero también a la naturaleza, convertida en objeto de explotación y depredación; quien no produce es un haragán, un vago. Las cinco monoculturas provocan cinco formas sociales principales de no existencias legitimadas por la razón metonímica: lo no creíble, lo ignorante, lo residual, lo local y lo improductivo.   Boaventura pone en cuestión cada una de las cinco monoculturas, construcciones todas ellas de la modernidad occidental, y propone las correspondientes respuestas: a) Frente a la monocultura del saber científico, ofrece la ecología de los distintos saberes  con el necesario diálogo y la ineludible confrontación entre ellos. b) Frente a la lógica del tiempo lineal, que es una secularización de la escatología del judaísmo y del cristianismo, diseña la ecología de las temporalidades , que valora positivamente las distintas temporalidades como formas de vivir la contemporaneidad, sin establecer jerarquías o juicios de valor sobre ellas, por ejemplo, entre la actividad del campesino africano o asiático, la del ejecutivo del banco Mundial y la del agricultor hi-tech  de U.S.A. Unas y otras actividades tienen ritmos temporales distintos, pero igualmente válidos; el reconocimiento de las distintas temporalidades implica la recuperación de sus correspondientes formas de vida, manifestaciones de la sociabilidad y procesos de productividad. c) Frente  a la monocultura de la clasificación social, que intenta identificar diferencia con desigualdad, aparece la ecología de los reconocimientos , que busca una nueva articulación entre ambas nociones dando lugar a “diferencias iguales”; esta ecología de diferencias se construye a partir de reconocimientos recíprocos; ello implica la reconstrucción de la diferencia en cuanto producto de la jerarquía y de esta como producto de la diferencia. d) Frente a la monocultura de lo universal como único válido, presenta la ecología de las trans-escalas , valorar lo local como tal, desglobalizándolo, es decir, situándolo fuera de la globalización hegemónica, donde lo local es minusvalorado, más aún, despreciado, ninguneado. ¿No cabe entonces la globalización de lo local? Sí, responde Boaventura, pero matizando que se trata de una “reglobalización contra-hegemónica”, que amplía la diversidad de las prácticas sociales. Se trata de un ejercicio de imaginación cartográfica para descubrir en cada escala tanto lo que muestra como lo que escapa y de buscar una nueva articulación de lo global y local, en la que esto no sea fagocitado por aquello. e) Frente a la monocultura productivista de la ortodoxia capitalista, que prioriza los objetivos de la acumulación sobre los de la distribución, defiende la ecología de las producciones y distribuciones sociales , es decir, la necesidad de recuperar y poner en valor otros sistemas alternativos de producción, como el de las cooperativas obreras, del “comercio justo”, de las empresas auto-gestionadas, de las organizaciones económicas populares, de la economía solidaria, etc., desacreditados por el capitalismo ortodoxo.   Un Dios subalterno y activista de los derechos humanos               Cabe destacar la sensibilidad que Boaventura muestra en sus investigaciones e intervenciones más recientes hacia el papel de las religiones y de las teologías políticas progresistas y pluralistas en los procesos de reinvención del conocimiento, del Estado, de la democracia, de los derechos humanos contrahegemónicos, y en los movimientos sociales. Es ese un campo en el que ha hecho aportaciones relevantes, como demostró en el Foro Mundial de Teología y Liberación, celebrado en Porto Alegre (Brasil) de 21 a 25 de enero de 2005, donde nos conocimos personalmente, nos fundimos en un abrazo, le agradecí la clarividencia y luminosidad de sus textos y él me agradeció el que hubiera escrito una reseña de su libro La razón indolente .   Creo que fue en dicho Foro donde inició un diálogo fecundo entre la teoría crítica de la sociedad y la teología en perspectiva liberadora, que llegó a su zenit con su obra antes citada Si Dios fuera activista de los derechos humanos . Le agradezco las numerosas referencias que hace en ella de mis trabajos socioteológicos y su incorporación a la bibliografía final. Son la mejor expresión de nuestra sintonía en el camino hacia otro mundo posibles por el camino de la docta esperanza, como dfjera Ernst Bloch.                         Boaventura constata que vivimos en un tiempo en que las escandalosas injusticias sociales y los sufrimientos humanos injustos no generan la indignación moral debida y la voluntad política para combatirlos y para construir una sociedad más justa e igualitaria. En estas circunstancias, no podemos desperdiciar ninguna de las experiencias sociales de carácter emancipatorio que puedan contribuir a dicha construcción.               Como participante activo en el FSM observa que muchos activistas en la lucha por la justicia socio-económica, ecológica, étnica, sexual y poscolonial apoyan su activismo y sus reivindicaciones en creencias religiosas o espiritualidades cristianas, judías, islámicas, hindúes, budistas, indígenas, etc. Es la emergencia de nuevas subjetividades que compaginan la militancia altermundialista con referencias trascendentes o espirituales, que, lejos de alejarlas de las luchas materiales e históricas por otro mundo posible, las comprometen con más radicalidad y profundidad.             Todas las religiones, reconoce, tienen un potencial para desarrollar teologías políticas liberadoras, que son capaces de integrarse en las luchas contra-hegemónicas por los derechos humanos y contra la globalización neoliberal, y que pueden ser una fuente de energía radical en dichas luchas. Hace un análisis riguroso –tanto por su contenido y profundidad, como por su amplitud de conocimientos- de tales teologías políticas: cristiana, judía, musulmana, palestina, etc., teologías feministas, teologías interculturales e interreligiosas que fundamentan teóricamente la relación entre la experiencia religiosa y el compromiso contrahegemónico, y remiten a prácticas emancipatorias. A su vez, identifica los principales desafíos que estas teologías plantean a los derechos humanos.             Estos discursos religiosos no se atienen a la concepción ilustrada de la religión, que sitúa a esta en la esfera privada y la recluye en los lugares de culto, sino que defiende su presencia en la esfera pública, pero no por la vía de la alianza con el poder, sino ubicada en los espacios de marginación y exclusión, vinculada a los movimientos sociales, respetuosa, al tiempo que crítica, con la autonomía de las realidades temporales y el proceso de secularización, y sin pretensión alguna de confesionalizar la sociedad, la política, la cultura, etc.                En definitiva, lo que hace Boaventura es un ejercicio de traducción intercultural de las dos políticas normativas que pretenden operar globalmente: la de los derechos humanos y la de las teologías políticas liberadoras, buscando zonas de contacto de las que puedan surgir energías nuevas o renovadas para llevar a cabo una transformación social, política, económica y cultural radical.             Si Dios fuese un activista de los derechos humanos es ciertamente un condicional metafórico al que de Sousa Santos da una respuesta metafórica: “Si Dios fuera un activista de los derechos humanos, Él o Ella estarían  definitivamente en busca de una concepción contra-hegemónica de los derechos humanos y de una práctica coherente con ella. Al hacerlo, más tarde o más temprano este Dios se confrontaría con el Dios invocado por los opresores y no encontraría ninguna afinidad con Este o Esta. En otras palabras, Él o Ella llegarían a la conclusión de que el Dios de los subalternos no puede dejar de ser un Dios subalterno”.               Esta definición de Dios como “subalterno” está en plena concordancia con la imagen de Dios de la tradición judía, cristiana y musulmana como el Dios que opta por las personas y los colectivos empobrecidos, el Dios al que el profeta judío Jeremías da el nombre de “Justicia”: “Yahvé, nuestra justicia. Ese es su nombre (Jeremías 33,16). La definición de Dios de Boaventura me parece muy certera, como también lo es la de José Saramago: “Dios es el silencio del universo, y el ser humano el grito que dan sentido a ese silencio”. Son las dos definiciones que más me gustan de las muchas que he leído y con las que me identifico.             Los límites de la racionalidad discursiva               Santos toma distancias de la tradición crítica eurocéntrica con el objetivo de abrir espacios analíticos para realidades “sorprendentes”, donde puedan surgir emergencias liberadoras. Reconoce la magistral reconstrucción intelectual de la modernidad occidental llevada a cabo por Jürgen Habermas, pero también los límites de una segunda modernidad construida a partir de la primera. Lo que caracteriza la segunda modernidad es la línea abismal que establece entre las sociedades occidentales y las coloniales. Línea que capta con gran lucidez Habermas, Pero que no es capaz de superarla.             El filósofo alemán cree que con su teoría de la acción comunicativa, en cuanto nuevo modelo universal de racionalidad discursiva, se puede superar tanto el relativismo como el eclecticismo. Pero, preguntado si dicha teoría puede ser útil a las fuerzas progresistas del Tercer Mundo y a las luchas del socialismo democrático en los países democráticos, el filósofo alemán responde: “Estoy tentado a contestar no en ambos casos. Estoy convencido de que esta es una visión limitada y eurocéntrica. Preferiría no tener que contestar”. Repuesta apofática que Santos interpreta creo que certeramente de esta guisa: “a pesar de su proclamada universalidad, la racionalidad comunicativa de Habermas excluye, de facto , la participación efectiva a cuatro quintas partes de la  población mundial. Exclusión que tiene lugar en nombre de una supuesta universalidad y con la máxima honestidad. Estamos ante un “universalismo benévolo pero imperial”.             Pero no todo es universalismo imperial y dominante en la modernidad occidental. Existen otras versiones marginadas que hay que recuperar. Son aquellas que fueron invisibilizadas, silenciadas y marginadas  “por dudar de las certezas triunfalistas de la fe cristiana, de la ciencia moderna y del derecho, que simultáneamente  produjeron la línea abismal y la hicieron invisible”, afirma Boaventura, marcándonos el camino para la búsqueda de las utopías, occidentales o no, de ayer y de hoy desde las  “epistemología del Sur”, una de las aportaciones más creativas del profesor Santos, que analizo a continuación.   Epistemologías del Sur               En 1995 Boaventura formulaba con gran lucidez las tres orientaciones en que habría de basarse una Epistemología del Sur : “aprender que existe el Sur, aprender a ir al Sur, aprender a partir del Sur y con el Sur”. Lo hacía en su obra auroral Hacia un nuevo sentido común. Derecho, Ciencia y política en la transición paradigmática .   La iniciativa coincidía con el impacto y la gran difusión del poemario de Mario Benedetti “El Sur también existe”, cantado por Juan Manuel Serrat con esta cadencia: “... Y aquí hay quienes se desmueren/ y hay quienes se desviven/ y así entre todos logran/ lo que era un imposible:/que todo el mundo sepa/que el Sur también existe ”. Estaba naciendo un nuevo paradigma: la irrupción del global Sur en el campo de los saberes y de las experiencias emancipatorias con identidad propia y empoderamiento.             De entonces para acá la iniciativa ha ido tomando cuerpo y se ha desarrollado en diferentes publicaciones, foros de debate, conferencias y congresos. Uno de los más importantes fue el Coloquio Internacional sobre “Epistemologías del Sur. Aprendizajes globales Sur-Sur-Sur-Norte y Norte-Sur”, organizado por el Centro de Estudios Sociales (CES), de la Universidad de Coimbra, en julio de 2014 dentro del proyecto ALICE, que ha dirigido Boaventura, con la participación de seiscientas personas. Hoy encuentra su desarrollo más riguroso e interdisciplinar en tres obras citadas al principio: Epistemologías del Sur. Perspectivas (Akal, Madrid, 2014), esta última editada junto con María Paula Meneses, investigadora en el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, Justicia entre Saberes: Epistemologías del Sur contra el epistemicidio  (Morata, Madrid, 2017) y El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las Epistemologías del Sur (Trotta, Madrid, 2019).               En Epistemologías del Sur. Perspectivas colaboran pensadoras y pensadores en su mayoría procedentes del Sur geográfico –África, América Latina y Asia-, pero también del Norte, que están también vital e intelectualmente, de corazón y de mente, del lado del Sur metafórico, es decir, de parte de los oprimidos y explotados por las diferentes formas de dominación capitalista en su relación colonial con el mundo. Precisamente uno de los objetivos del paradigma de las epistemologías del Sur, es reparar los graves daños causados por la “santa alianza” colonial-capitalista, que ha generado la homogeneización del mundo con la consiguiente eliminación de las diferencias culturales y el desperdicio de muchas experiencias de carácter emancipatorio, como ya pusiera de manifiesto Santos en su obra Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia . La expresión extrema de la alianza colonial-capitalista ha sido el “epistemicidio”, que consiste en la supresión o, por mejor decir, la destrucción violenta de los conocimientos locales no occidentales.               Hoy el colonialismo sigue vivo y activo, si bien de manera más sutil, bajo la forma de la colonialidad del poder, de la economía y del saber, que analiza el intelectual peruano Aníbal Quijano, quien distingue certeramente entre colonialismo y colonialidad . El colonialismo  se refiere a una estructura de dominación/explotación en la que el control de la autoridad política, de los recursos de producción y del trabajo de una población es detentado por otra autoridad de diferente identidad que tiene su sede central en otra jurisdicción territorial. La colonialidad  es uno de los elementos que constituyen el patrón mundial del poder capitalista y se basa en la imposición de una clasificación ética de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón de poder y opera en todos los ámbitos de la existencia humana y de la naturaleza.             El punto de partida de Boaventura en sus epistemologías del Sur es que no existe conocimiento sin prácticas y actores sociales , y que unas y otros tienen lugar en el interior de las relaciones sociales. Son estas las que dan lugar a las diferentes epistemologías, ninguna de las cuales es neutral. El capitalismo y el colonialismo modernos han jugado un papel fundamental y muy negativo en la construcción de las epistemologías dominantes. A partir de aquí se plantean algunas preguntas de fondo, a las que intenta responder esta obra con la riqueza y creatividad que cabe esperar de la carácter inter-cultural, inter-continental, inter-étnico e inter-disciplinar de sus colaboradores y colaboradoras:             ¿Por qué –se pregunta Boaventura- la epistemología occidental dominante ha eliminado de la reflexión, en los dos últimos siglos, el contexto social y económico, cultural y político de la producción y reproducción de los conocimientos? ¿Qué consecuencias tiene dicha eliminación en el conjunto de los saberes? ¿Existen alternativas inclusivas que corrijan la sistemática exclusión de los conocimientos del Sur?, ¿Cómo redefinir, a partir de un diálogo simétrico de epistemologías, los grandes temas que están en el centro de los debates? Entre dichos temas cita los siguientes: la dictadura de los mercados y la democratización de la democracia; la dignidad y los derechos humanos y su negación por el neoliberalismo; la crisis ecológica y sus principales manifestaciones, la conciencia ecológica emergente, sus luchas y alternativas; tradición y progreso; la emancipación de la mujer y el neo-patriarcado; la corporalidad y las relaciones de poder; la corporalidad, la violencia y la resistencia; el neocolonialismo y la decolonialidad, la teoría de las clases sociales y la teoría de la clasificación social; la globalización neoliberal y los movimientos alterglobalizadores; las nuevas economías; el nuevo constitucionalismo, etc.             Un dato fundamental a tener en cuenta es la existencia de una gran pluralidad de saberes en el mundo , que constituyen la riqueza de lo humano y de la naturaleza en todos los órdenes, también en el epistemológico. Ninguno saber es absoluto, ni puede comprenderse a sí mismo aisladamente, sino en referencia a los otros saberes. Cada uno tiene sus posibilidades, pero también sus límites. Ello conduce a la necesidad de una relación, comparación y diálogo horizontal entre saberes.             Sin embargo, la relación entre los diferentes saberes se caracteriza hoy por la asimetría, incluso en su propia tipología: los saberes occidentales se auto-erigen en “superiores” y se declaran “hegemónicos”, mientras que degradan a los conocimientos no occidentales como inferiores y los consideran subalternos. Esta asimetría pretende ser reconocida como natural hasta convertirse en criterio e instancia última en la comparación con otros saberes. El colonialismo ha ejercido y sigue ejerciendo, además de otras dominaciones, la dominación epistemológica , que se traduce en una relación desigual de saber-poder con el resultado de la supresión o minusvaloración de muchas formas artísticas, de saber, de organización social, de ejercicio del poder y de espiritualidad de los pueblos colonizados.             Lo expresa Eduardo Galeano con la originalidad y la brillantez literaria que le caracterizan: “La cultura dominante admite a los indígenas y a los negros como objeto de estudio, pero no los reconoce como sujetos de la historia; tienen folklore, no cultura ; practican supersticiones, no religiones ; hablan dialectos, no idiomas ; hacen artesanías, no arte ”. Y yo añado: son naturaleza salvaje, no cultivan la naturaleza ; tienen ídolos, no dioses ; practican cultos idolátricos, no ritos sagrados ; tienen supersticiones, no sacramentos ; poseen usos ancestrales, no conocimientos ; hacen magia, no ciencia; son contemplativos, no activos; viven anclados en el pasado sin perspectiva de futuro.             Como respuesta a tamaña discriminación y a juicios tan despectivos, el paradigma de las epistemologías del Sur denuncia la eliminación de los saberes locales, pone en valor los conocimientos que resistieron con éxito al colonialismo, reconoce en toda su amplitud y profundidad la pluralidad de experiencias y conocimientos heterogéneos y las interconexiones continuas y dinámicas entre ellos e investiga las condiciones de diálogo horizontal entre las diferentes conocimientos. Así pretende contribuir a la descolonización de los diferentes campos del saber, del tener y del poder.              El libro se estructura en torno a cuatro ejes temáticos. El primer, bajo el título “De la colonialidad a la descolonialidad”, identifica, analiza y cuestiona el modo en que la dominación económica, política y cultural construyó las jerarquías entre conocimientos y su naturalización. El segundo, caracterizado como “Las modernidades de las tradiciones”, estudia el proceso de construcción de la rígida dicotomía entre modernidad y tradición, y la consideración de los saberes no occidentales como residuos del pasado que deben desestimarse.             El tercer eje, titulado “Geopolíticas y subversión”, reflexiona sobre la diversidad epistemológica del mundo y pone en valor los conocimientos hasta ahora devaluados como locales. El cuarto, “Las reinvenciones de los lugares”, constata que la definición hegemónica y la imposición de los lugares de la modernidad capitalista occidental significaron un empobrecimiento de la gran riqueza y diversidad de culturas y epistemologías en el Sur global, pero también en el Norte global y ofrece eurísticas de nuevos lugares marginados y olvidados de conocimiento no sometidos a la dominación colonial y capitalista.              El pretendido y pretencioso monopolio occidental en la esfera de los saberes se ha saldado con un rotundo fracaso. Su juego único tiene que terminar, si no ha terminado ya. Hay otros actores, otros protagonistas del Sur y del Norte alternativo que piden paso. Occidente necesita una cura de humildad para reconocerlo, si bien, dada su arrogancia histórica, le va a costar hacer esa “confesión”.             Es necesario geografiar la humanidad, la naturaleza, la ciencia, la cultura, el pensamiento y el quehacer cotidiano de manera más plural (y contrahegemónica), más allá de la estrecha y recortada cartografía eurocéntrica de la modernidad. Este es el desafío que tiene delante el nuevo paradigma de las epistemologías del Sur y que avanza a buen rimo con la colaboración de tradiciones epistemológicas y culturales hasta ahora silenciadas, cuando no negadas. .             Este libro constituye un paso fundamental en esa dirección y emprende un apasionante viaje que nos conduce de lo uno a lo múltiple, del conocimiento al inter-conocimiento , del universo-mundo al pluriverso-mundo, del pensamiento universal abstracto al pensamiento pluriversal contextual , de la epistemología hegemónica occidental a la inter-epistemología ; de la colonialidad del poder y del saber a la decolonialidad, de la teoría eurocéntrica de las clases sociales a una teoría histórica de la clasificación social, de las monoculturas excluyentes a la ecología inclusiva de los saberes.     Desde la periferia europea Una nueva aportación de Boaventura es su libro  La difícil democracia , que recoge textos escritos entre 1980 y 2016, debidamente contextualizados, “desde la periferia europea”, que constituye la clave hermenéutica de toda la obra y se mueve en el horizonte del libro Epistemologías del Sur . En él hace un riguroso análisis crítico de los procesos democráticos vividos en varios países del Sur de Europa, especialmente en Portugal, que contextualiza en su momento histórico y en el espacio europeo y mundial. El análisis se ocupa de las diferentes crisis de la última década: financiera, económica, política, ambiental, energética, alimentaria y civilizatoria, todas ellas globalmente relacionadas, si bien, matiza, se producen con distinta intensidad y consecuencias diferenciadas según los países y las religiones. Pone el acento en las repercusiones de la crisis en los países europeos considerados periféricos en relación a un centro que condiciona muy negativamente sus opciones políticas y sociales. Me parece muy pertinente su lúcida aseveración de que han sido los pueblos indígenas de América Latina quienes en las dos últimas décadas han visibilizado, de distintas formas, la concepción de la crisis global del capitalismo en sus diferentes niveles: como crisis de su modo de producción, su modo de vida, convivencia y relación con la naturaleza. Un agravante de la crisis en el que pocos científicos sociales y politólogos reparan y al que Boaventura concede especial relevancia en sus análisis políticos es la proliferación y el fortalecimiento del fascismo con fachada democrática. Boaventura distingue dos tipos de fascismo: el social y el político. El primero tiene lugar en las relaciones sociales cuando la parte más fuerte detenta un poder tan superior al de la parte inferior que le permite disponer de un derecho no oficial de veto y de control sobre sus deseos, necesidades y aspiraciones de una vida digna. Se trata de un derecho ejercido despóticamente, que es lo más contrario a un derecho fundado en la dignidad humana. Tres ejemplos significativos de fascismo social son la violencia contra las mujeres ejercida por el patriarcado; el trabajo realizado en condiciones laborales reales de esclavitud y los jóvenes afrobrasileños de las periferias de las grandes ciudades. “Vivimos –asevera- en sociedades que son políticamente democráticas y socialmente fascistas (p. 320). La afirmación no puede ser más certera. A mayor restricción de los derechos sociales y económicos y menor eficacia de la justicia ante la violación de los derechos humanos, mayor es elc ampo que se deja libre al fascismo social. El fascismo social, junto a la sobreexplotación de los recursos naturales y la catástrofe medioambiental que provoca, constituye uno de los dos impactos más destructivos que provoca el capitalismo neoliberal en las relaciones sociales. El fenómeno que alimenta el fascismo social es el debilitamiento de los procesos democráticos que da lugar a formas de dominación similares a los del capitalismo salvaje del siglo XIX. ¡La historia se repite en sus aspectos más deshumanizadores y depredadores de la naturaleza! El fascismo político consiste y se manifiesta en “un régimen político dictatorial nacionalista, racista, sexista, xenófobo” (p. 320), que, en determinadas circunstancias, puede ser el régimen preferido por las clases dominantes cuando ven afectados significativamente sus intereses, y que puede seducir también a las clases trabajadoras al amenazado su nivel de vida por grupos sociales que están por debajo de ellas. ¿Cómo vivir la crisis y salir de ella? Comparto la respuesta de Boaventura: - Con dignidad y esperanza en un mundo que está transformando el derecho de todos en privilegio de unos pocos . Ahora bien, la esperanza no se inventa, tiene que construirse con inconformismo, alimentarse con “rebeldía competente”  y traducirse en alternativas reales a la situación presente. Razón y esperanza son inseparables. Como afirma el filósofo de la utopía Ernst Bloch, bien conocido por Boaventura, “la razón no puede florecer sin esperanza; la esperanza no puede hablar sin razón. So lo cuando la razón comienza a hablar, comienza de  nuevo a florecer la esperanza en la que no hay falsía ”. Las cartas a las izquierdas               Especialmente brillantes desde el punto de vista literario, lúcidas en sus análisis políticos y sugerentes en sus propuestas transformadoras de cara al futuro me parecen las “Catorce cartas a las izquierdas”, que leí en los distintos momentos en que fueron escritas y que he vuelto a leer agrupadas con la luminosidad que aporta la visión de conjunto. Me ha llamado la atención el n. 14: no sé si tiene carácter simbólico o es un número cardinal sin más. Muchos textos tienen números simbólicos: las Cuatro reglas del Discurso del Método, de Descartes, el Decálogo, de Moisés, las Once Tesis de Marx sobre Feuerbach, las 13 Tesis de Matanzas, de Enrique Dussel, las 95 tesis de Lutero. Lo cierto es que el propio género literario epistolar de Boaventura demuestra la modestia con la que el autor hace sus propuestas: son “cartas”, no tesis, son invitaciones, no imposiciones. Las cartas dirigidas a diferentes colectivos que conforman la izquierda plural hoy: partidos políticos y movimientos sociales que luchan contra el capitalismo, el colonialismo, el racismo, el sexismo, la homofobia, así como ciudadanía no organizada que comparte los objetivos y aspiraciones de dichos partidos y movimientos. Las cartas son una llamada a  reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie  y c onstituyen una interpelación para que las izquierdas se reinventen en las actuales condiciones partiendo de una rigurosa lectura del cambio de paradigma que se está produciendo y al que también pueden y deben contribuir política e ideológicamente.   Decálogo   He aquí, en forma de decálogo, algunas de las líneas, para mí fundamentales, de la agenda que marca Santos a las izquierdas para hoy y mañana. 1. Urgencia de la reflexión. Las izquierdas no suelen estar prestas para la reflexión ni cuando gobiernan ni cuando están en la oposición. Siempre tienen otras urgencias antes que la de reflexionar. Y eso es un suicidio, porque sin reflexión se impone la repetición cansina de slogans intemporales que no hacen avanzar la historia hacia la emancipación, sino que la someten a la dictadura de lo dado. Frente a la instalación en lo dado, que se limita a dar respuestas del pasado a preguntas del presente sin creatividad alguna, las izquierdas deberían seguir la propuesta de Bloch: “Si la teoría no coincide con los hechos, peor para los hechos”. 2. Los Estados nacionales son pos-soberanos: han perdido la soberanía y han transferido no pocas de sus prerrogativas a los poderes financieros.  Esa es precisamente la pretensión del neoliberalismo: desorganizar el Estados siguiendo una serie de transiciones regresivas: de la responsabilidad colectiva a la individual; de la acción basada en la tributación a la acción con base en el crédito que genera la asfixia financiera del Estado; del reconocimiento de la existencia de bienes públicos a cuidar por el Estado a la idea de que las intervenciones del Estado en áreas potencialmente rentables reducen ilegítimamente las posibilidades del beneficio privado.; de la primacía del Estado a la del mercado; de los derechos sociales a la filantropía. 3. Las izquierdas del Norte global empezaron siendo colonialistas, suscribieron el “pacto colonial”, aceptaron acríticamente que las independencias de las colonias terminarían con el colonialismo y minusvaloraron el neocolonialismo y el colonialismo interno. Es hora de cambiar de rumbo. El desafío que tienen delante es prepararse para las luchas anticoloniales de nuevo tipo. 4. Las izquierdas deben refundar la democracia más allá del neoliberalismo y enfrentarse a la antidemocracia, compaginar democracia representativa y democracia participativa y directa, articular estas democracias con la democracia comunitaria de las comunidades indígenas y campesinas africanas, asiáticas y latinoamericanas, legitimar otras formas de democracia como la demo-diversidad, ampliar los campos de deliberación democráticas en la familia, la calle, la escuela, la fábrica, los conocimientos y saberes, los medios de comunicación social, promover la reforma democrática de la ONU y de las agencias internacionales, defender una democracia anticapitalista ante un capitalismo cada vez más antidemocrático y en caso de tener que optar entre capitalismo y democracia, hacer prevalecer la democracia real.   En afortunada expresión de Boaventura, es necesario democratizar la democracia, asediada por la dictadura del mercado y secuestrada por poderes antidemocráticos, poner la justicia al servicio de la democracia y de la ciudadanía, y en el caso de nuestro continente, ¡democratizar Europa! Una democracia real y radical que sea al mismo tiempo posliberal, anticapitalista, anticolonial y antipatriarcal. 5. Es prioritario, incluso un imperativo irrenunciable, des-mercantilizar. Producimos y utilizamos mercancías, pero ni nosotros ni los otros somos mercancías, como tampoco lo es la naturaleza. Por eso nuestra relación con los otros y con la naturaleza tiene que ser fraterno-sororal y eco-humana, no mercantil. Los seres humanos somos ciudadanos antes que consumidores y emprendedores. No todo es venal, no todo se compra y se vende. Hay bienes que son públicos y comunes con los que no se puede mercantilizar, mercadear: la naturaleza, el agua, la salud, la cultura, la educación.   6. Des-colonizar es otra de las tareas urgentes de las izquierdas. Lo que significa erradicar de las relaciones sociales toda forma de dominación basada en la dialéctica superioridad-inferioridad de algunos seres humanos: mujeres, negros, indígenas, etc. La tarea de la descolonización le afecta especialmente a Europa, centro del colonialismo moderno. Su complejo de superioridad en todos los órdenes: religioso, cultural, político, científico-técnico, epistemológico, etc., le llevó a creer que tenía una misión colonizadora del mundo y la incapacitó para descubrir los valores de otras culturas no europeas. Si Europa quiere reconciliarse con el mundo y consigo misma resulta necesaria, decisiva y urgente su descolonización.  7. Existe una disyunción, que Boaventura califica de perturbadora, entre las izquierdas latinoamericanas y las europeas. Las europeas parecen coincidir en la necesidad del crecimiento como respuesta a las patologías que sufre Europa, como solución al problema del desempleo y como mejora de las condiciones de vida de quienes la tienen más amenazadas. Las izquierdas latinoamericanas se debaten en torno al modelo de desarrollo y crecimiento y en concreto en torno al extractivismo. Dos son las posturas: la que se muestra a favor como medio para reducir la pobreza y la que se declara contraria al neo-extractivismo por considerarlo la fase más reciente del colonialismo. Para Boaventura, el neo-extractivismo constituye la continuidad más directa del colonialismo histórico, ya que supone:             . La expulsión de campesinos e indígenas de sus tierras y territorios (negación del derecho al territorio). . El asesinato múltiple e impune de líderes sociales a manos de sicarios contratados por los empresarios. . La expansión de la frontera agrícola sin asumir responsabilidad ambiental alguna. . El envenenamiento de poblaciones campesinas por la pulverización aérea de herbicidas e insecticidas.  8. Las izquierdas deben construir una alternativa de poder, y no solo una alternancia en el poder.  La política de izquierdas debe ser simultánea y conjuntamente anticapitalista, antiimperialista, contrahegemónica, antirracista, anticolonial, antipatriarcal y antihomófoba. 9. La pluralidad de las izquierdas es un valor a fomentar y a defender, pero hay que evitar la fragmentación. Por lo mismo es necesario reconocer la diferencia como derecho, pero intentando maximizar las convergencias y minimizar las divergencias. 10. Los partidos y gobiernos progresistas o de izquierda abandonaron con relativa frecuencia la defensa de los derechos humanos más básicos en nombre del desarrollo. Boaventura mira el mundo con los ojos de la Blimunda de la novela Memorial del convento , de Saramago, que veían en la oscuridad, y constata que:                 -la mayoría de los seres humanos no son sujetos de derechos humanos, sino objetos de discursos de derechos humanos.             - hay mucho sufrimiento humano injusto no considerado violación de derechos humanos.             - se invoca la defensa de los derechos humanos para justificar la invasión de países, saqueo de sus riquezas Y muertes de víctimas inocentes consideradas efectos colaterales. A la vista de estas situaciones, se pregunta: “¿La primacía del lenguaje de los derechos humanos es el producto de una victoria histórica o de una derrota histórica? ¿La invocación de los derechos humanos es una herramienta eficaz en la lucha contra indignidad a la que están sujetos tantos grupos sociales o se trata más bien de un obstáculo que des-radicaliza y trivializa la opresión en que se traduce la indignidad y suaviza la   mala conciencia de los opresores?” (p. 337). La mejor síntesis de las catorce cartas es la afirmación de que la opción de las izquierdas no está entre la política de lo posible y la de lo imposible, sino “en saber estar siempre a la izquierda de lo posible”.   Reformulación de la tesis 11 de Marx sobre Feuerbach   En 1845, un año después de los  Manuscritos económicos y filosóficos , Karl Marx escribió las célebres  Tesis sobre Feuerbach , que puede considerarse sur primera formulación de su propósito de construir una filosofía materialista centrada en la praxis transformadora, en dirección radicalmente distinta de la filosofía dominante entonces dominaba, que tenía en Ludwig Feuerbach a su principal representante. En la tesis 11 undécima tesis, sin dudad la más conocida y citada de todas, afirma: “Los filósofos no han hecho más que  interpretar  de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de  transformarlo ”. Cuando habla de “los filósofos” se está refiriendo a las personas que producen el conocimiento erudito, que hoy incluiría todo el conocimiento humanista y científico considerado fundamental en contraposición al conocimiento aplicado. A lo largo de toda su obra Boaventura destaca los tres modos principales de dominación moderna –clase (capitalismo), raza (racismo) y sexo (patriarcado)– que actúan articuladamente y cuya articulación varía con el contexto social, histórico y cultural. Posteriormente ha prestado atención al hecho de que este modo de dominación se asienta en la dualidad sociedad/naturaleza, sin cuya superación ninguna lucha de liberación logrará su objetivo. En este escenario reformula la tesis 11 de esta guisa: “Los filósofos, filósofas, científicos sociales y humanistas deben colaborar con todos aquellos y aquellas que luchan contra la dominación en el sentido de crear formas de comprensión del mundo que hagan posible prácticas de transformación del mundo que liberen conjuntamente el mundo humano y el mundo no humano”.   Pensador occidental no occidentalista               En una de sus colaboraciones en Epistemologías del Sur. Perspectivas ,   que lleva por título “Más allá de pensamiento abismal: de las líneas globales a una ecología de los saberes”, Boaventura analiza el pensamiento occidental “no occidentalista” ejemplificado en la filosofía a la venta  de Luciano de Samosata, la docta ignorantia  de Nicolás de Cusa y la apuesta  de Pascal.             Quizá se podría incorporar a otros dos pensadores occidentales “no occidentalistas”: Bloch y Benjamin. De ambos hablé en las conferencias a las que fui invitado en la Cátedra Boaventura de Sousa Santos , de la Facultad de REconomía de la Universidad de Coimbra en 2015. Ernst Bloch elabora una filosofía utópica que tiene su base en la esperanza, considerada como Principio   ( Prinzip Hoffnung ) y determinación fundamental de la realidad objetiva en su totalidad, y en la Ontología del -no-ser-todavía ( Noch-Nicht-Sein ), que entiende la realidad como proceso. Precisamente la sociología de las emergencias de Boaventura ofrece un concepto de realidad en plena sintonía con la concepción blochiana en cuanto no la reduce a lo fáctico, a lo dado de una vez por todas, a la inmutable, sino que la entiende como lo procesual, lo imaginado, lo emergente, lo que todavía no ha aparecido, lo porvenir. Boaventura coincide con Bloch en que si teoría no coincide con los hechos, peor para los hechos.  Las Epistemologías del Sur no se mueven únicamente en el plano del logos , sino también de la imaginación y del mito.                 Walter Benjamin se muestra crítico de la filosofía de la historia de la Ilustración europea y de su idea de progreso, asumida acríticamente por la socialdemocracia, que también es cuestionada por el filósofo de la escuela de Frankfurt. Michael Löwy lo define como “un crítico revolucionario de la filosofía del progreso, un adversario marxista del ‘progresismo’, un nostálgico del pasado que sueña el porvenir, un romántico partidario del materialismo”.             Las tesis de Benjamin sobre el concepto de historia, escritas en 1940 unos meses  antes de morir, constituyen la mejor síntesis de su pensamiento filosófico y son, en expresión de Michael Löwy, un “aviso de incendio” [1] . De ellas cabe destacar la tesis 9  sobre el cuadro de Klee Angelus Novus , que sirve de título a uno de los libros de Boaventura ( La caída del Angelus Novus ) y de inspiración para la elaboración de una nueva teoría de la historia que, en palabras del propio Boaventura, “nos permita volver a pensar en la emancipación social a partir del pasado, de algún modo, de cara al futuro”.                A los autores citados como pensadores occidentales no occidentalistas habría que sumar el propio Boaventura de Sousa Santos. Todo lo expuesto hasta ahora sobre su perfil intelectual lo confirma.   Los Foros Sociales Mundiales                           Santos   es uno de los   creadores y principales inspiradores del Foro Social Mundial (FSM), amén de miembro de su Comité Internacional. Su libro Foro Social Mundial. Manual de uso (Icaria & Antrazyt, Barcelona, 2005) es una crónica viva de la historia de dicho Foro, que constituye la manifestación sin duda más firme de resistencia frente a la globalización neoliberal y que el autor define como “política cosmopolita subalterna”. Los Foros no se limitan a ser sólo una “fábrica de ideas”; desde el principio se convirtieron en “maquinarias de propuestas”. De cara al futuro propone pasar de las utopías realistas a las alternativas formuladas de manera creíble y con elevado grado de concretización. Resuena aquí la idea de Bloch de pasar de la utopía abstracta a la utopía concreta. De ello depende la fuerza política del FSM y de los movimientos que lo integran.             La epistemología del FSM se construye a través de dos procesos que el autor define como “sociología de las ausencias y sociología de las emergencias”, a los que antes me he referido, en claro contraste con las ciencias sociales hegemónicas y frente a la epistemología de la globalización neoliberal, que está presidida por el conocimiento científico-técnico y desacredita todos los saberes rivales.              Concluyo este perfil intelectual con la valoración que hace de Boaventura de Sousa Santos el sociólogo decolonial puertorriqueño Ramón Grosfoguel y que suscribo: “La obra de Boaventura de Sousa Santos constituye una contribución fundamental a la descolonización de las ciencias sociales. Su trabajo es un ejemplo de una teoría descolonial producida desde Europa en diálogo crítico con el pensamiento del Sur Global. A partir de la obra de Santos no tiene justificación argumentar que no sea posible para un pensador o pensadora del Norte Global pensar junto y con el Sur Global”.   [1]  Cf. Michael Löwy, Walter Benjamin: aviso de incendio. Una lectura de las tesis ‘Sobre el concepto de historia’ , Fundo de Cultura Económica, Buenos Aires-México, 2013.

  • EDITORIAL I

    Scarlett Rocha, Diretora de Projetos na Mercado Filmes Construir una identidad académica, prestigio y reconocimiento en el campo de la ciencia requiere décadas de duro trabajo, una producción intelectual sofisticada y cualificada y una amplia presencia internacional en las más diversas arenas del debate científico. Además, las exigencias de la producción intelectual son siempre un campo minado de desafíos cuando se trata de compatibilizar las actividades de docencia e investigación, así como la presión constante de los programas de posgrado para mantener su alto nivel, especialmente en el ámbito de la producción intelectual. La divulgación de la ciencia, así como la construcción de la reputación intelectual, siempre se ha dado en el contexto de eventos científicos, universidades, bibliografías de los más diversos tipos de producción intelectual, así como libros, artículos y conferencias en los diferentes circuitos académicos. La inclusión en estos espacios definía el potencial intelectual y la visibilidad para un público principalmente académico. En las humanidades y las ciencias sociales lo que reunía a las personas en torno a un nombre era, de hecho, la calidad del debate y de las ideas sobre el mundo, la sociedad, los grupos sociales y las más diversas interacciones y manifestaciones sociales, culturales y políticas, entre otras áreas del conocimiento. Este mundo incluye diversas perspectivas teóricas, entre otras cosas porque las opciones teóricas también son políticas. Fuera de los espacios académicos orbitaban diferentes tipos de saberes, como los producidos por los movimientos sociales, las prácticas de educación popular, los más diversos grupos étnicos, religiosos, económicos y populares que se acercaban a las universidades, principalmente a través de la extensión universitaria, o incluso a través de políticas de afirmación generadas o demandadas por estos diversos grupos sociales. Estos encuentros entre la academia y el mundo real han proporcionado grandes aprendizajes, derribado muros, creado diálogos y polifonías. Los movimientos sociales, en particular, acudían a las universidades en busca de cualificación, del mismo modo que los académicos aprendían estrategias de organización y reivindicación dentro de sus muros. Inmersa en todo ello se ha extendido la cultura del odio entre grupos sociales, situando en estos espacios fuertes enfrentamientos, intereses distintos a los científicos, al tiempo que se imponen nuevas agendas, la mayoría de ellas incompatibles con los requisitos de producción y experiencia académica que siempre han definido la cualificación de programas, centros de investigación, coordinadores de proyectos y organizaciones de la ciencia como grupos de investigación y estructuras científicas. Estas cuestiones se extrapolaron a las redes sociales y todo se convirtió en motivo de reivindicaciones, descontento, acusaciones articuladas entre activistas, muchas veces sin pruebas y basadas en narrativas rápidamente difundidas entre sus miembros, en listas locales, nacionales e internacionales, destruyendo reputaciones, en una persecución en muchos casos inédita y muy difícil de enfrentar. En las redes sociales las supuestas acusaciones no necesitan pruebas y se convierten rápidamente en "verdades".  No existe un proceso contradictorio ni derecho a la defensa.  La vigilancia es intensa y cualquier acción, discurso o incluso cualquier tipo de movimiento es rápidamente desacreditado, lo que conduce a cancelaciones y a la inmovilidad en aras de la propia defensa. Pocos resisten a las supuestas denuncias de algunos grupos radicales que muchas veces no representan la agenda de lucha de los diversos movimientos sociales, actuando en defensa de intereses individuales o de pequeños grupos.  En este escenario se encuentra Boaventura de Sousa Santos, cuyo nombre lleva un año envuelto en denuncias de acoso por parte de un grupo de feministas en Portugal, con articulación internacional. Además, una de las principales "activistas", periodista de un periódico de derechas de Portugal, ha publicado repetidamente en su columna semanal supuestos análisis de supuestos crímenes cometidos por este intelectual, consolidando una narrativa difícil de rebatir. Frente a esta situación, Boaventura pidió en primer lugar una excedencia en el Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coímbra, del que es director emérito y que creó en los años setenta. Pidió entonces que se tomaran medidas para crear una Comisión Independiente que investigara las denuncias en este importante Centro de Investigación sobre los casos de acoso que se le atribuían. Y al cabo de los meses esta Comisión Independiente, tras escuchar a investigadores e investigadoras, tanto nuevos (investigadores temporales) como antiguos (coordinadores permanentes de proyectos), concluyó que "aunque los hombres han permanecido más tiempo en los órganos de dirección, la mayoría de esos puestos han sido ocupados por mujeres". Esta realidad puede explicar por qué de las 14 personas denunciadas, nueve son mujeres, sin dar ningún nombre. Sin embargo, el grupo que pretendía criminalizar a Boaventura no aceptó las conclusiones del informe y publicó una "carta de denuncia" criminalizando únicamente a Boaventura y suplantando las conclusiones del informe de la Comisión Independiente, debido a la fuerza que tienen en la difusión de esta supuesta carta de denuncia. Después de más de un año, en el que Boaventura permaneció en silencio a la espera de que el caso se esclareciera y cerrara, ya que creía que sería suficiente para demostrar la fragilidad de las acusaciones y que su vida se reanudara, lo que no ocurrió, Boaventura presentó una sólida acción, totalmente documentada, ante el Ministerio Público de Portugal contra esta prolongada persecución. Tras este acto, las feministas radicales de Portugal guardan silencio y ahora todo el mundo espera las investigaciones de la justicia portuguesa, sin más espacio para narrativas sin fundamento. Todo este análisis y relato pretende mostrar lo vulnerable que se ha vuelto nuestra vida académica. Somos objeto de supuestas acusaciones por parte de cualquiera, independientemente de que seamos realmente "culpables" o "inocentes".  Estas denuncias suelen hacerse en medios sociales, en redes a las que no pertenecemos, y cuando nos enteramos, en la mayoría de los casos el daño ya está hecho a nuestra imagen personal o incluso institucional. Al mismo tiempo que los jóvenes buscan programas de posgrado, aun conociendo sus responsabilidades, acusan a los programas y a los supervisores de las exigencias de producción y cumplimiento de plazos. Lo mismo ocurre con los investigadores de los centros de investigación que trabajan por proyectos. Por lo tanto, puedo afirmar que las estrategias de reivindicación de los movimientos sociales se han abierto paso definitivamente en el mundo académico, aunque a menudo con importantes distorsiones que se articulan y buscan la consecución de intereses personales, en detrimento de las aspiraciones colectivas. Un ejemplo de ello es el caso de una disputa epistemológica entre dos estudiantes de máster de un programa de doctorado: un joven gay blanco y una joven negra. En esta disputa la joven negra insiste en criminalizar a su colega gay por el delito de racismo porque él, basándose en la teoría de Judith Butler, ha señalado incoherencias en la teoría de tres intelectuales negros. En este enfrentamiento en clase la joven se fue al extremo, mostrando toda su rabia ante esta situación, que tuvo una reacción algo menor, pero que creó una situación traumática tanto para el profesor como para la clase, incluso la alumna del máster implicó al Programa con un post muy distorsionado y controvertido en sus redes sociales. De este modo, vemos cada vez más que ni siquiera es necesario que las narrativas publicadas sean ciertas, basta con que tengan un buen número de seguidores y una carga de indignación sobre la propia historia de vida acumulada. ¿Cómo podemos hacer frente a esto? Vamos a tener que averiguarlo porque cada día las redes sociales potencian más y más las narrativas de los insatisfechos, de los que, siendo "de piel" como decía Zeca Baleiro, no soportan la contradicción, ven los hechos a través de lentes que superlativizan los hechos e imposibilitan el diálogo y los caminos del respeto y la convivencia razonable. De este modo, los diversos problemas de relación y supuesta violencia dentro de una institución se reproducen inmediatamente en las redes sociales de forma distorsionada y articulada, y sin el tiempo necesario para la investigación institucional, que debería ser la primera instancia. De esta forma, se lanzan a las redes sociales sin ningún tratamiento ni investigación, actuando como vigilantes de cuestiones que tienen más que ver con intereses individuales o de pequeños grupos que con las reivindicaciones más amplias de los movimientos sociales.

  • Cómo el #Metoo nos pone a nosotras, las mujeres, en riesgo.

    Autora: Raquel Varela, Historiadora, Investigadora y Profesora Universitaria Estos días otro escándalo de presunto acoso sexual ha llenado las páginas de los periódicos, en particular Público, que es el que más ha denunciado el caso, y que trata como una acusación de "violación". En el Facebook de Cristina Martins, y en dos artículos de los jazistas Leonel Santos y Ricardo Fortunato -no conozco a ninguno de ellos, ni a los involucrados-, leí que el caso de la "violación" es el de un pianista que concertó una cita con un DJ en las redes sociales, donde concertaron sexo consensuado, y él se quitó el condón. Es el caso de la "violación". Él no era su profesor en el Hot Club, ni ella era estudiante de música. No se conocían. Confieso que soy conservadora. Nunca he "marcado" el sexo en mi vida, mucho menos en las redes sociales. Siempre he pensado que el sexo nace del deseo después de una cena mirando la luna. Lo más libertario que leí sobre el sexo lo escribió Alexandra Kollontai, al calor de la revolución rusa de 1917, y ahí fue donde me centré en la teoría del sexo. Cualquiera que haya sido víctima de un intento de violación sabe que llamar "violación" a una cita concertada para tener relaciones sexuales te hace vomitar. La violación es uno de los crímenes más atroces que existen. En un año, según la PJ, más de 300 mujeres fueron violadas. Es innoble utilizar el nombre de este delito para situaciones que ni siquiera son un delito. Podría ser un delito quitarse el condón, me parece por lo menos un sinvergüenza, grave, pero no es violación. Punto. Lo serio viene de lejos. Boaventura Sousa Santos -con quien siempre he estado en desacuerdo teóricamente- fue quemado en una plaza pública, con largas peticiones y nunca fue acusado ni juzgado, tuvo que pedir que lo acusaran para poder defenderse porque no había ninguna denuncia en los tribunales contra él. No invalidó a una mujer que dice que él la invitó a cenar y a ir a su casa, ella dijo que no, él insistió, ella dijo que no, y él se fue, esto fue tratado como un intento de violación, llegando incluso a las televisiones. Los correos electrónicos que ella le envió también llegaron a las redes sociales, que informaron de un intercambio amistoso sobre una cena agradable y que ella le pidió dinero para financiar libros. ¿Por qué es tan grave todo esto? Porque Boaventura ya ha sido relegado de los diversos lugares que ocupó, de los exámenes académicos, de los jurados, de los comités científicos. El pianista acusado, sin la jubilación de Boaventura, vio sus contratos rotos y tal vez su carrera destruida. El diario Público se preguntaba incluso en este caso, como en otros, ¿por qué los profesores acusados seguirían enseñando? ¿¡Cómo!? ¿Ahora los periódicos están despidiendo trabajadores? ¿No hay un juicio, pruebas, acusación y defensa? Estamos ante una suspensión del Estado de Derecho, promovida por los que acusan y por los periódicos. Con el silencio de los partidos y de las instituciones: ¿dónde está el MP, los sindicatos de justicia, el Colegio de Abogados frente a esta suspensión de derechos, libertades y garantías de los imputados? ¿Tienen miedo y responden a la presión de las redes sociales y los periódicos en lugar de garantizar la ley y la libertad? El delirio es total. Susana Peralta defendió, en el mismo diario, que se debería prohibir a los profesores y estudiantes -adultos- tener relaciones en las Universidades e informar al Rector. Alguien le dijo que no faltan matrimonios felices entre ellos. Y eso -lo más importante- después del Padre y del Sacerdote, el Jefe, en este caso el Rector, no puede entrar en la cama de dos adultos, porque la ley, afortunadamente, no lo permite. Sólo en el mundo feudal y en la dictadura fascista el Jefe decidía con quién se acostaban o no las mujeres. La segunda razón por la que todo esto es muy grave: es que por leer esos correos, sin cuestionar la veracidad, se desacredita a todas las mujeres. Porque el escándalo se hace en torno a una invitación a cenar sin ningún tipo de coerción, una conexión o una "cita" para tener sexo. Y los casos de violación - más de 300 - se tratan con 3 líneas en el Correio da Manhã. Pronto, si seguimos con estos escándalos, y callamos con "miedo", ninguna mujer violada que presente una denuncia será tomada en serio.  La vieja historia del lobo. El #Metoo, que encarna la lucha por que las mujeres lleguen a lo más alto de las empresas, después de la crisis de 2008, cuando las propias empresas quieren reducir costes, nos pone cada vez más en peligro. Todas las propuestas para combatir la violencia sexual contra las mujeres pasan por una red de bufonadas puritanas: cajas de denuncias, y generalmente anónimas, por supuesto, peticiones que son auténticas picotas, para vigilar y castigar. Un policía y una denuncia en cada mujer, en definitiva, esto es #Metoo, pero solo cuando se trata de lugares deseables en la academia, las empresas y la cultura. Si se trata de una enfermera o una trabajadora que llega a casa a las 4 de la mañana, salvajemente violada, el tema ni siquiera sale en los periódicos. El acoso sexual existe. Existe con y sin buzones de denuncia porque los lugares de trabajo están infestados de relaciones sin cooperación y, sobre todo, sin empleo. La economía portuguesa -capitalismo dependiente- no absorbe los marcos académicos y culturales. No hay trabajo. Hay una lucha de todos contra todos por las pocas plazas disponibles y la escasa financiación. La denuncia individual en lugar de la lucha colectiva por el pleno empleo ha sido el lema. No quiero vivir en una sociedad represiva que pide un policía para cada mujer y un denunciante para cada trabajador. Una política de extrema derecha pide buzones de denuncia, policía, represión y picotas. Una política de izquierdas exige educación, cooperación y transformación de las condiciones de trabajo y de vida. Una política del miedo, de la acusación, sin juicio es de extrema derecha, incluso cuando está hecha para salvar a las mujeres y tiene el apoyo del #Metoo y muchas firmas. Una política de izquierdas es una política de creación de condiciones para que las personas sean libres en las relaciones. Es necesaria una gestión democrática en los lugares de trabajo con jerarquías elegidas, reducción de la jornada laboral. Acabar con la cúpula de las empresas, ocupada por mujeres u hombres, es el superpoder que hay que poner en cuestión. Es urgente poner fin al trabajo nocturno no esencial. Cree vecindarios seguros en lugar de dormitorios, a dos horas del trabajo. Y por supuesto, barrios humanizados, con librerías, un teatro y una cafetería abierta para que todos puedan bailar, tocarse, escuchar jazz, y no tener que programar el sexo a través de las redes sociales, que son lo opuesto a la sociabilidad, creo sinceramente que ayudaría a relaciones más igualitarias y libres.

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